La importancia de velar a un ser querido: dos psicólogas explican las claves del duelo ante el coronavirus

  • El coronavirus va a provocar duelos patológicos

La pandemia por el nuevo coronavirus pandemianuevo coronavirus no cesa en dejar imágenes de tristeza. La saturación de las funerarias está causando que en Madrid, por ejemplo, se tomen medidas extraordinarias como llevar los féretros de los fallecidos al Palacio de Hielo. Son medidas que muestran la crudeza de esta enfermedad.

Los familiares que pierden a un ser querido por coronavirus están teniendo que soportar un trance desgarrador que no tiene precedentes: la gente está muriendo sola y no se la puede despedir. Marina García Fuentes, directora del Instituto de Psicología Psicode y Cecilia Martín Sánchez, psicóloga experta en emergencias y catástrofes del Instituto de Psicología Psicode, explican en Informativos Telecinco las claves sobre la importancia del duelo y de la despedida tras la muerte de un familiar. La idea de realizar un velatorio de manera telemática ya se contempla.

El coronavirus provoca duelos patológicos

"Las circunstancias en las que se están produciendo las muertes y los duelos en esta pandemia de coronavirus conllevan todos los ingredientes para que los duelos no sean normales sino duelos patológicos. La imposibilidad de velar al ser querido hace más lenta la asimilación de la pérdida. Visualizar el féretro o saber que está ahí detrás de la cortina ayuda a mantener un diálogo interno con el ser querido. Cada uno tendrá sus reflexiones, sus pensamientos y, a posteriori, servirán como un recurso para dar respuesta a la pregunta “¿es verdad que te has ido?” (pregunta inherente al estado de shock y negación de la pérdida)", explican las expertas de Psicode.

"Sacar el dolor con las personas que nos apoyan y llorar con ellos son claves para asumir la realidad y empezar nuestro duelo particular. Cuando manifestamos nuestro dolor, nuestras culpas y arrepentimientos, además de desahogarnos y ayudar a digerir el atracón emocional, también encontramos frases de consuelo que luego nos repetiremos en soledad y nos ayudarán a lidiar con nuestro dolor", destacan.

"No poder realizar estos rituales sociales que tenemos en nuestra cultura hará que nuestro duelo se complique. Un duelo patológico es aquel que la persona no supera nunca. Pueden haber pasado 20 años del día del fallecimiento, pero la persona revive la pérdida como si fuera el primer día. En un duelo patológico la persona no puede hablar del fallecido porque emocionalmente no puede tolerarlo, sus ojos se inundan de lágrimas y siempre evitará hablar de ello porque no puede tolerar ese dolor", añaden.

¿Cuáles son los factores precipitantes de un duelo patológico?

Numerosas familias españolas están sufriendo la realidad de que sus seres queridos mueren solos en las residencias y hospitales, ante el riesgo de contagio, y no pueden despedirlos.

"Uno de ellos es que la muerte se produzca y no haya una despedida. Cuando a la persona le quedan cosas por decir a su fallecido, eso impide que el duelo se elabore de forma adecuada. La sensación esa de “no le dije que la quería lo suficiente”, o “no le conté por qué me comporté así en aquel momento”. Una despedida siempre es muy dolorosa, pero ayuda a sanar y a que la persona acepte la pérdida, que deje ir al fallecido a donde quiera que sea", explican las fuentes de Psicode.

"Otro de los ingredientes clave que propician un duelo patológico es la culpa. Cuando una persona se siente culpable en un proceso de duelo nunca podrá superar esa pérdida. El paso de los años no curará. La culpa seguirá presente siempre. Puede ser culpa porque en el momento de la muerte justo estaban enfadados por una discusión (aunque sea pequeña) y no se había producido aún la reconciliación. Pero también puede ser la culpa por “no haber hecho lo suficiente”, culpa por “no haber podido evitarlo” o culpa por no estar ahí acompañando a la persona en los últimos momentos antes de morir. La idea de que su familiar ha muerto sin sus seres queridos cerca puede llegar a atormentar mucho a la persona", señalan desde Psicode.

Ante una situación nueva e inusual como es esta, se deben tomar medidas excepcionales también. Por ello, el Instituto de Psicología Psicode quiere aportar su granito de arena elaborando un pequeño protocolo de actuación:

1) A nivel institucional: Por parte de las instituciones debe darse información real y cuanto antes a los familiares.

El sanitario, si puede, debe llamar para contar los últimos instantes de la persona

Así mismo, los profesionales sanitarios, que se están dejando la vida tienen otra labor que a veces las circunstancias hacen difícil, pero parece necesaria: deben hablar con los familiares de los fallecidos para informar de cómo ha sido el proceso de la enfermedad y el momento de la muerte. Lo ideal es que el profesional sanitario que haya acompañado a esa persona en sus últimos momentos de vida sea quien llame personalmente a la familia para comunicar la noticia (si está preparado para ello). Si esto no es posible, al menos que ofrezca información de cómo sucedió y que una persona experta en comunicación de malas noticias sea quien traslade la información. La familia necesita saber.

Tu familiar no ha muerto en soledad

Es muy tranquilizador para una persona saber que su familiar querido ha estado atendido en todo momento, que ha recibido los cuidados necesarios, que los sanitarios han trabajado duramente para salvar su vida, y sobre todo que su familiar no ha muerto en soledad, sino rodeado de gente que luchaba por salvar su vida y de otros enfermos en su misma situación.

Necesidad de empatizar con la familia

Que el profesional sanitario pueda responder a todas las dudas necesarias, que respiren y se tomen tiempo para aclarar al familiar. Que empaticen y se pongan en el lugar de las personas que están al otro lado del teléfono. Que eviten decir al familiar cosas como “no te preocupes”, o “ el tiempo lo curará”, porque no es cierto.

Línea de teléfono para familiares

Es importante que sepan que la persona probablemente no sabrá qué preguntar, por su estado de bloqueo ante la noticia, por ello proponer una línea de teléfono para familiares que puedan llamar en otro momento para resolver alguna duda más tarde o facilitar un número de contacto donde poder llamar.

Hacer un seguimiento de atención psicológica

Sería conveniente hacer un seguimiento telefónico pasadas unas semanas, por si algún familiar necesita algún tipo de atención psicológica. Lo conveniente es realizar seguimiento a los 3, 6 meses y al año. En cuanto pase el estado de alarma, sería conveniente proponer terapias grupales, guiadas por psicólogos expertos en duelo que ayuden a superarlo.

2) A nivel individual, ¿Qué podemos hacer? Recomendamos hacer un proceso de despedida aunque sea de forma simbólica

Coger una foto, recordar una canción, escribir una carta

Te recomendamos que cojas una foto de la persona que has perdido, un objeto que te recuerde, o que escuches una canción que te conecte a él o ella y le digas todo aquello que te ha quedado pendiente de decir. Díselo de palabra o por carta.

Es importante que te despidas adecuadamente y sobre todo que pidas perdón por aquellas cosas en las que te has sentido culpable, por ejemplo, por no haber podido hacer nada por evitar su muerte o por no haber estado ahí acompañando en los últimos momentos de su vida. Dile que no fue elección tuya, dile que no pudiste acompañarle y que tu estás sufriendo por ello. Lo importante de este ritual de despedida es que sientas que tus palabras te ayudan a sanarte y a quedarte “ en paz” contigo mismo.

Tómate tiempo

No tengas prisa, tómate tu tiempo. Ahora a lo mejor sólo puedes sacar tus lágrimas. No te exijas nada.

Conecta con tu parte espiritual

Si puedes conectar con tu parte espiritual para facilitarte el proceso recurre a ello: reza, enciende una vela, busca reflexiones, lecturas que te ayuden.

Verbaliza

La otra forma de superar el duelo es sacando tus emociones fuera, con otras personas. Verbalizar, ayuda a sacar lo que llevamos internamente y en consecuencia nos ayuda a sanar nuestra herida.

No pasa nada por pensar en la persona fallecida y dedicarle tiempo

Sabemos que la situación actual es muy complicada y en casa podemos tener otros problemas asociados a la situación de alarma, pero no evites pensar en el fallecido. Cuanto más negamos el dolor y cuanto más evitamos el sufrimiento, más patológico hacemos el proceso y más durará en el tiempo. Muchos duelos duran años y años porque la persona nunca quiso hablar de ello.

Puedes acudir cuando se pueda a un profesional

Si lo necesitas pide ayuda de un profesional, estamos para guiarte en esta dura experiencia.

3) A nivel familiar y social:

Celebrar una videoconferencia para hablar de la persona fallecida

De forma online sería adecuado abrir una videoconferencia íntima en la que cada familiar pueda dedicar unas palabras al fallecido. Ya sea mostrándole gratitud por algo, resaltando sus virtudes o recordando alguna anécdota bonita. Al igual que se hace en un entierro, donde todos lloramos unidos la pérdida de una persona, ahora en este estado de confinamiento, recomendamos hacerlo aunque sea de forma telemática. No es la forma ideal, porque no podemos abrazarnos, pero si podemos mirarnos a los ojos, acompañarnos y llorar juntos.

Puedes dar el pésame por redes sociales, ayudarás al familiar

Recibir el pésame a través de las redes sociales y tener formas de recordar al fallecido a través de las nuevas tecnologías, ayuda a que el duelo se vaya sobrellevando. Cada persona debe encontrar la forma en que mejor le ayude.

El familiar debe sentir que de alguna manera se ha despedido

"Lo importante es que el familiar pueda estar “en paz” con la pérdida de esa persona fallecida. Que sienta que se ha podido despedir (aunque sea de forma simbólica), que sienta que no le quedaron cosas por decirle, que se siente satisfecho de su paso por la vida de esa persona. Y si no se ha sentido satisfecho, que al menos haya podido pedir perdón -simbólico- y que se sienta perdonado por ello", comenta Psicode.

Proceso de duelo normal

"En un proceso de duelo normal , inicialmente se da una fase de shock en la cual la persona niega lo sucedido. Su cerebro aún no está preparado para digerir emocionalmente esa pérdida y su mente dice “ no puede ser”, “ no me lo creo”, “ esto no está pasando de verdad”", comentan las psicólogas.

"Después de la fase de negación o shock suele llegar la fase de ira. Es el enfado por lo injusto que nos resulta la pérdida de nuestro ser querido. “¿ Por qué?”, “¿Quién ha consentido que esto suceda?”. La ira puede proyectarse contra el mundo, contra los demás, o contra sí mismo. En este momento de pandemia, lo normal es proyectar la ira contra aquellas personas que consideramos que podrían haberlo evitado: responsables políticos, sanitarios, personas cercanas que contagiaron, yo mismo que pude evitar que saliera a la calle y se contagiara...", añaden.

"Después e incluso al mismo tiempo que la fase de ira surge la fase de tristeza y melancolía. La persona ya ha superado la fase de shock y es ahora cuando siente el dolor intenso de la pérdida. El vacío y la tristeza infinita al ser consciente de que esa persona se ha ido y no volverá", explican.

La fase de ira y de melancolía se mezclan, de forma que una persona puede sentirse muy enfadada por la mañana y ese mismo día por la tarde sentirse tremendamente triste

"Con el paso del tiempo, si se trata de un proceso de duelo normal, se llega a la fase final de aceptación de la pérdida. En esta fase se sigue recordando al fallecido con tristeza, pero la persona ya puede hablar de ello sin echarse a llorar y ha encontrado un nuevo sentido a su vida, posiblemente con muchos cambios en sus prioridades y su sistema de valores. La persona puede seguir viviendo asumiendo la pérdida , aunque al principio ni siquiera podía pensar en ello", destacan.

¿Cómo se debe dar la noticia a un familiar del fallecimiento de un paciente por coronavirus?

"Por parte de los sanitarios que comuniquen la noticia, es muy importante en primer lugar que empaticen con el dolor y con las necesidades de la persona que está sufriendo la pérdida. Deben darse detalles de cómo ha sido la enfermedad, el proceso de cuidado y de atención al enfermo, por ejemplo si se han usado sedantes para que la persona no sienta dolor en sus últimas horas", explican las expertas.

"Debe informarse de que se ha trabajado por salvar su vida, verificar que se ha hecho todo lo posible y que su familiar ha estado acompañado por todos aquellos sanitarios que están dando su vida trabajando en las UCIS de los hospitales ahora mismo. También sería muy importante que el profesional sanitario que le atendió en sus últimos momentos le cuente a sus familiares cuáles fueron sus últimas palabras, cómo murió y en qué estado. Toda esta información ayudará a conocer más sobre su muerte y a sentirse más cerca del fallecido", señalan.

Desde Psicode se ha puesto un servicio de terapias grupales de 3 persona, a bajo coste y que ayuda a tratar diferentes temas asociados a esta situación", comentan. El enlace para las terapias: https://www.institutopsicode.com/terapia-a-tres-online-en-tiempos-de-coronavirus/