Las maniobras y el trabajo son el mismo. Suben las redes del "copo", el lugar donde los atunes se recogen, pero en vez de izarlas para capturarlos las tienen que soltar de cubierta para que pasen por debajo.
Lo almadraberos son los primeros que están de acuerdo en la recuperación del atún rojo, ellos mismos cooperan en su preservación, pero no cesan de decir resignados que hay mucho atún:
"Mira hay unos 3.000 ahí, eso yo no lo he visto desde el año 83, está funcionando hay más atún, ¿entonces por qué no nos dejan coger?", afirma Pepe indignado, que lleva 31 años en la almadraba, un marinero con cinco generaciones de pesca de atún en su sangre.
" Se lo van a cargar, y nosotros somos los que más lo respetamos, pregúntales a los de los barcos pesqueros esos que buscan con radares y que se llevan los grandes y los "chicos"...Porque la realidad es que las almadrabas son técnicas pasivas de pesca que ayudan a estudiar y conocer de cerca la migración y población de atún rojo en nuestros mares y son un punto muy importante para ayudar a la sostenibilidad del medio.
En esta jornada somos testigos de un espectáculo único, la suelta de más de 300 atunes a mar abierto, una imagen submarina nunca vista antes.
Y sobre todo compartimos un día en el que la tradición y la ciencia se unen, una simbiosis necesaria para la supervivencia de la especie. Porque ellos son los primeros que saben que dejar sobrevivir a la fuente que les da de comer es la causa de su propia supervivencia en el futuro.
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