Cómo contar a los hijos que nacieron por reproducción asistida: “Hay que hacerlo, es un derecho de los niños”

  • Los expertos tienen muy claro que la revelación de orígenes es algo que hay que hacer, de forma natural y pronto: "Es un derecho de los niños"

  • Para lograr un embarazo en muchas ocasiones hay que recurrir a donaciones de óvulos, semen o incluso embriones y mucha gente lo oculta

  • Cada año nacen más de 37.000 bebés gracias a las técnicas de reproducción asistida

Los tratamientos de reproducción asistida han aumentado un 28% en los últimos cinco años, según datos de la  Sociedad Española de Fertilidad (SEF). Solo en 2019 se llevaron a cabo 180.906 (de los que nacieron  37.428 bebés). Aunque la pandemia ha retrasado algunas de estas técnicas la tendencia sigue en aumento. Los datos hablan por si solos, en España la Reproducción Asistida es responsable del 9,5% de los nacimientos.

Los motivos son principalmente que cada vez se necesita más ayuda para lograr la concepción porque se ha atrasado la edad en la que se intenta. La tasa de esterilidad en parejas en los últimos 30 años ha subido de un 10% a un 22%.

Para lograr un embarazo en muchas ocasiones hay que recurrir a donaciones de óvulos, semen o incluso embriones. Un tema que en algunas familias no se cuenta, por miedo al rechazo social, por vergüenza, o por querer evitar que los niños y niñas se sientan incomodos. Pero los expertos creen que es un error.

"Si todo el mundo calla que ha tenido que pasar por un proceso de reproducción para ser madre o padre entonces nunca evolucionaremos", comenta la psicóloga, profesora universitaria e investigadora Marta Diez, que lleva años asesorando a familias monoparentales sobre cómo revelar a sus hijos e hijas la manera en que han sido concebidos.

P. ¿En su opinión se debería contar a los niños y niñas que se ha tenido que recurrir a técnicas de reproducción para que nacieran?

R. No es una opinión. Es evidencia científica. Hay bastantes estudios, literatura internacional científica que han demostrado, con evidencia empírica, que es necesario. Son estudios que se han hecho siguiendo la evolución de niños hasta la adolescencia y se ha visto que es mejor y tiene mejores consecuencias para el bienestar de los niños y la relación madre o padre-hijo.

P. ¿Podría ocasionar un problema que se enteren de mayores?

R. Eso es, es poco probable que al final no se entere. Puede tener la mala suerte de tener una enfermedad, o que a alguien de la familia se le escape. Es mucho más traumático que a un niño de 15 o 18 años descubra que viene de una donación de semen, óvulos o embriones tarde. Se puede sentir traicionado, como si le hubieran mentido.

P. Entonces hay que evitar que se convierta en un secreto y normalizarlo.

R. Contarlo y normalizarlo, evitando que de secreto se pase a tabú.

R. ¿Qué significa eso?

R. Si le dices al niño que es un secreto, que mejor no se lo diga a nadie, lo que le estás transmitiendo es que es algo malo. Es mejor decir, esto es algo de la intimidad de nuestra familia, puedes elegir a quien contárselo. Es algo intimo, pero no secreto.

P. Y ¿Cómo hay que contarlo?

R. Lo primero que hay que hacer es que la madre o padre integre la información. Porque cuando vas a tener un hijo tu primera idea es tenerlo con tú genética. Por eso es un trabajo personal que hay que hacer en primer lugar cuando llegas a la clínica y te das cuenta que tu bebé no tendrá tus genes.

P. Es decir asimilar que para que haya un embarazo tienes que recurrir a ayuda de donantes.

R. Eso es, en primer lugar hay que hacer el duelo genético, que se llama. Asimilarlo e interiorizar que seguirá siendo tu hijo en cualquier caso. Nadie duda en caso de adopción. Pues es lo mismo. Vas a ser madre o padre de ese niño sea o no con tus genes.

P. Un tema difícil porque la sociedad no está tan preparada para asumirlo, no está tan normalizado como la adopción.

R. No se es menos padre o madre por no tener carga genética. Nosotros diferenciamos el concepto biológico del afectivo, el importante es este último. Un padre o madre es quien quiere y cuida, la genética no tiene nada que ver.

P. Y eso ¿Lo entienden los niños?

R. Los estudios lo que demuestran es que cuando ha habido una buena comunicación no se produce ningún tipo de rechazo, el vinculo con la madre o padre es el mismo. No es cierto que rechacen a su familia. Puede haber curiosidad, por saber porqué lo hizo el donante, como sería físicamente, una curiosidad saludable.

P. ¿A qué edad conviene empezar a contarlo?

R. El mensaje es cuéntatelo a ti misma desde que estés embarazada e intégralo y desde el nacimiento, normalízalo con el bebe. Existen cuentos para ir preparando el tema de acorde a la edad.

P. ¿Cuándo lo van a empezar a entender mejor?

R. Las familias suelen empezar a hablarles de semillas, que mamá o papá necesitaron una semilla para que viniera al mundo. Con 3-5 años ya podemos hablarles de células. Cuando se trata de una doble donación o donación de óvulos, en caso de madres solas, a partir de los cinco años ya se puede empezar a comentar. A partir de los 7-9 años lo pueden integrar y entender. El desarrollo cognitivo va evolucionando de una manera específica, de pequeñitos no son capaces de entenderlo todo, con la aparición del lenguaje hay un salto, pero aún lo entienden de una manera muy simple, pero a los 7 -9 ya son capaces de comprenderlo sin problema.

P. ¿Y esta información no les hará sentirse distintos?

R. La dificultad para entenderlo no es de los niños sino que es nuestra, de los adultos. Por eso los primeros que tenemos que integrar el tema somos nosotros. Diciendo por ejemplo: Mira no he podido ser madre con mi genética, o con la genética de mi pareja, pero hemos seguido adelante y aquí estás.

P. En el caso de una madre sola está claro que tiene que contar que ha recibido ayuda, ya sea por el semen o por doble donación, pero quizá una familia convencional biparental no sienta esa necesidad de sacarlo a la luz.

R. Los estudios lo que dicen es que las madres solas comunican más lo que tiene que ver con el donante masculino pero cuando es una donación de óvulos o de embriones el silencio es muy similar a la de una familia biparental. Porque eso cuesta más. Se empieza a comunicar con los niños cuando son mas mayores. Hay que animar a las familias para que se preparan para comunicar esto a sus hijos. Y si no se sienten bien que hagan su trabajo personal. ¡Claro que es tu hijo!. Estos mitos hay que acabar con ellos.

P. ¿Y si al enterarse el niño entonces te dice que ya no eres su madre o padre?

R. El niño nunca dice eso. Si les hemos ido contando, normalmente ya están preparados. Se suele empezar con un cuento donde se le dice mamá fue a una clínica, donde encontró un médico que le puso una celulita y cuando pasaron los meses naciste tú. O algo similar. Ellos saben que es su familia. No van a dudar. Ellos nunca ponen en tela de juicio que son sus madres o padres, ese es un miedo adulto.

P. Quizá el miedo a contarlo es para protegerles, evitar que le señalen.

R. Es un miedo lógico y habitual. Como sociedad seguimos pensando en los los genes, pero insisto ahí está el modelo de la adopción. Eso sirve para tener una referencia. Nadie duda que una madre o padre adoptivo es madre o padre de su hijo. Pues en este caso igual. No te hace padre o madre la genética sino el amor