Los productos más robados en los supermercados españoles

El constante aumento de precios no solo afecta a los bolsillos de las familias, sino también a la cuenta de resultados de tiendas y supermercados que sufren los constantes hurtos de productos en sus estanterías. Se trata de un delito camuflado en picaresca que tiene mucho que ver con la actuación de bandas organizadas y personas reincidentes no profesionales.

Así lo muestra el III Informe de STC, una empresa especializada en la protección de productos en el punto de venta que realiza una radiografía sobre el hurto creciente en los supermercados españoles lo que lleva a estas empresas a buscar herramientas de protección para disuadir a los delincuentes.

Los más robados: licores, aceites, productos ibéricos, de afeitado y vinos

Según este trabajo, los productos estrella para los que no quieren pasar por caja son los licores, aceites, productos ibéricos, de afeitado y vinos. La lista ha cambiado respecto a 2023 ya que hace un año estaba incluido el atún o el bonito, pero no el aceite.

Según STC, en 2023 el aceite no estaba en el TOP, tan sólo se mencionaba como un producto diferencial en dos comunidades autónomas. Ahora es el problema principal en 8 de las comunidades. Como hecho diferencial respecto a otras categorías del TOP, en este caso no se trata de un robo marquista. Se roba por igual el aceite de marcas reconocidas como las marcas blancas.” asegura Salvador Cañones, Socio Director de STC Nedap

Si en 2023 los licores, el vino y los ibéricos ocupaban el TOP de los productos que se desvanecían del supermercado sin saber ni cómo ni cuándo; doce meses después es el aceite de oliva el que desplaza los ibéricos y echa de las primeras posiciones a un clásico: el atún y el bonito. Pero solamente sale de los 5 más buscados porque sigue estando en la lista particular de desapariciones misteriosas en los supermercados de Cantabria, País Vasco y Ceuta y Melilla, todas ellas con vistas al mar.

Por comunidades autónomas estos son los productos más robados en tiendas y supermercados:

  • Las comunidades costeras son más fans de llevarse el atún -sin pasar por caja- si seguimos en el norte: gallegos, cántabros y asturianos no renuncian al pulpo en los supermercados. Y la lista de debilidades crece:
  • En Aragón se roban las carnes autóctonas como producto especial
  • El queso en cuña es innegociable para castellanos leoneses y andaluces que repiten y lo colocan en su lista particular de sus productos más robados.
  • Cataluña sigue siendo el único lugar donde continúan desapareciendo los berberechos, como top del aperitivo y repiten con los hurtos de cava.
  • En las islas, tanto en Baleares como en Canarias, nada los aleja de sus productos gourmet y puestos a escoger se llevan sus quesos con D.O y licores autóctonos
  • Como nota curiosa la entrada de los encurtidos y ahumados en la lista de productos curiosos más robados en comunidades tan dispares como Navarra y Ceuta y Melilla.

¿Tenemos una idiosincrasia propia también para los hurtos?

“Es evidente que tenemos un paladar exquisito, incluso para lo robado, con una preferencia clara por lo gourmet. Podríamos darlo por descontado, pero desde nuestra condición de principal fabricante europeo, encontramos pocas similitudes y bastantes diferencias con el resto de países vecinos de la Unión Europea. Nos asemeja principalmente la atracción por los licores, pero en ningún otro país con excepción de Italia y Portugal se plantearían proteger quesos, atún o café” afirma Salvador.

El estudio interno, que ha tenido en cuenta supermercados ubicados por todo el territorio nacional, no sólo nos actualiza las preferencias por comunidades, también nos da pistas de lo que sucedería si nos protegiéramos los productos con medidas antihurto: “El 100% de las cadenas consultadas están convencidas de que si eliminaran de su tienda los sistemas anti-hurto y dejarán de utilizar collarines, carcasas de policarbonato… los robos aumentarían drásticamente según el 70% y más ligeramente para el 30% restante”, aseguran desde STC.

De hecho, de los datos más reveladores de este III Informe está que los robos se producen en su mayoría por bandas profesionales y organizadas seguidas de personas que reinciden y que utilizan los productos a posteriori para una reventa. “En el hurto subyace una razón y es que alguien quiere algo a coste 0 -el propio ladrón-, o bien alguien lo quiere comprar más barato e induce al ladrón a cometer el hurto” apunta Salvador Cañones.

Según se traduce del estudio, la edad de las personas que perpetran estos hurtos oscila entre los 20 y los 60 años y apenas se producen robos por debajo de esta franja de edad ni por encima. Y con todo este panorama, no es de extrañar que el consumidor sea permisivo y tolere -en su mayoría- las medidas anti-robo en el super. “Y es que es evidente que hay solo dos vías para reducir el impacto de los robos: o tomar medidas para evitarlo o aumentar precios para recuperar el valor de lo hurtado” como explica Salvador.

Robamos por necesidad, ¿o tal vez no?

Aunque pudiéramos pensar que se roban los productos más pequeños, más fáciles de ocultar, también es habitual hurtar otros de mayor tamaño, como botellas, garrafas de aceite o incluso patas de jamón. La realidad es que el punto en común es que todos ellos nos resultan deseables y que no siempre estamos dispuestos a pagar por ello.

Pero, ¿este robo está realmente ligado a la necesidad? Varios datos nos indican que no es así, al menos no mayoritariamente.

Por un lado, se hurtan los productos de marca más reconocida en vez de los de marca blanca, a excepción del aceite. Por otro lado, artículos básicos como el pan, la pasta, la harina o el arroz no se roban. Y, por último, pero no menos importante, el 96% de las cadenas de supermercados consultada colaboran diariamente con entidades sociales y bancos de alimentos, ofreciendo gratuitamente productos para atender a las necesidades reales.

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