El impacto del vertido de BP en Golfo México puede durar cien años, según el oceanógrafo Xavier Pastor

AGENCIA EFE 27/08/2010 11:24

El director de la organización Oceana en Europa, que se encuentra en el Golfo de México analizando el área del vertido, ha explicado en respuesta a un cuestionario enviado a EFE que además del impacto directo del crudo en el hábitat marino las especies sufren la adherencia del petróleo en su piel, la inhalación de compuestos químicos y la obstrucción de las vías respiratorias.

Las especies más afectadas han sido los cetáceos, las tortugas y las aves, debido a que se acercan a la superficie marina para poder respirar y alimentarse.

Pastor, que llegó al Golfo a principios de agosto junto con otros once científicos de Oceana, visita esta semana la desembocadura del Mississipi, frente a las costas de Lousiana, donde han visto cientos de plataformas petroleras y también barcos arrastreros de pesca de gamba en una zona prohibida para esta actividad.

El oceanógrafo ha añadido que el vertido ya no se detecta a simple vista humana, excepto en ciertas zonas y marismas del delta del Mississipi.

En este sentido, ha recordado que un estudio de la Universidad de Georgia calcula en un 75 por ciento el crudo que podría estar en los fondos marinos.

Ha destacado, asimismo, que hay una corriente de petróleo submarino de 40 kilómetros de longitud, que se inicia en el lugar de la catástrofe y que se dirige hacia el suroeste, a una profundidad de casi un kilómetro bajo la superficie.

"A esas profundidades, la temperatura es de alrededor de cuatro grados, lo que hace que el petróleo se degrade a velocidades diez veces menores que si estuviese en la superficie", ha explicado Pastor.

Dada la cantidad de petróleo derramado -unos cinco millones de barriles- y la profundidad de 1.500 metros en la que ocurrió el accidente, los expertos de Oceana calculan que los efectos del vertido se notarán entre los próximos 20 y 100 años.

"Aunque cada vertido tiene características distintas, un estudio publicado recientemente ha revelado que los marineros que limpiaron parte del vertido del 'Prestige' sufrieron cambios genéticos y problemas pulmonares años después de la catástrofe".

Además, ha advertido, la presencia de un centenar de plataformas petroleras en el Golfo de México incrementa notablemente el riesgo de que vuelva a suceder un derrame.

"El peligro se extiende a otras zonas del mundo, como Alaska y la costa este de Estados Unidos, las del Mediterráneo, concretamente las del mar de Alborán y de la Comunidad Valenciana, donde existen proyecto de plataformas petrolíferas, igualmente vulnerables a accidentes", ha afirmado Pastor.

Los integrantes de la expedición de Oceana han utilizado un robot submarino que puede llegar hasta 300 ó 400 metros y que ha permitido documentar la existencia de plataformas petroleras abandonadas y cubiertas por sedimentos.

El robot también ha ayudado a que los expertos registren la presencia de campos de rodolitos de maërl (algas calcáreas de mucho valor ecológico) en colinas submarinas al oeste del delta del Misisipi, en una zona de alimentación de tiburones ballena.

La próxima semana está prevista la llegada de un segundo robot, con el que pretenden alcanzar los mil metros de profundidad.