Los investigadores daneses que firman este estudio analizaron el esperma de casi 350 jóvenes y compararon los resultados con información sobre hábitos de consumo de sus madres viente años antes, cuando estaban embarazadas de ellas. Según se hace eco el Daily Mail, las que bebieron 6,75 unidades de alcohol a la semana o más tenían concentraciones de esperma que fueron en promedio 32 por ciento inferiores a las que rara vez o nunca bebía.
Cecilia Ramlau-Hansen, una de las doctoras que realizaron la investigación, asegura que aunque este estudio no probó que el alcohol era el culpable, es bastante certero que el consumo en el embarazo daña el desarrollo de la delicada piel de los testículos y el esperma. "Si la exposición al alcohol prenatal es una causa de la concentración de espermatozoides inferior" hay que "decirle a las mujeres embarazadas que eviten el alcohol para aumentar sus posibilidades de convertirse en abuelas algún día", explicaba.
En Dinamarca, donde se realizó el estudio,a las mujeres se les aconseja evitar el alcohol durante el embarazo, e incluso ya desde el momento en el que planeen formar una familia. Los resultados de esta investigación, sin embargo, quieren servir para que se establezcan unas recomendaciones uniformes desde los centros de estudio de fertilidad y ginecología. IM
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