La investigación se inició el pasado mes de febrero de 2009, al tener conocimiento de compras efectuadas presuntamente con tarjetas falsas en diversos establecimientos de la Comunidad de Madrid.
Las primeras pesquisas vincularon estas compras con la actividad de una organización internacional con presencia en España y conexiones con varios países que contaba con tarjetas falsificadas de entidades bancarias de todo el mundo.
El proceso de falsificación comenzaba con la adquisición de los códigos de las bandas magnéticas a expertos piratas informáticos. Las víctimas se encontraban en países de todo el mundo como España, Estados Unidos, Canadá, Australia, Finlandia y otros; y el precio de estos códigos oscilaba en relación al tipo de tarjeta y el país de procedencia.
Los efectos adquiridos fraudulentamente con las tarjetas falsas, sobre todo joyería, informática y audiovisuales, se vendían a precios muy inferiores a los de mercado.
La organización llevaba una rigurosa contabilidad de su actividad delictiva, que, según ha informado la Policía, se cifra en, al menos, 300 estafas.
La operación, que se ha desarrollado simultáneamente en Madrid, Barcelona y Bilbao, ha contado con la colaboración de los servicios secretos de Estados Unidos, que detectaron compras de esta red en varios países del mundo. EPF