Ashley ha contado a la policía que estaba borracho y que no recuerda haber tatuado a su hijo. El tatuaje fue descubierto cuando los trabajadores sociales visitaron la casa de la familia para comprobar el estado de la familia tras las quejas recibidas.
Según los documentos aportados en el juicio, el niño fue tatuado entre enero y mayo de 2009. Amy Ashley, madre del niño, asegura que descubrió el tatuaje cuando el niño corrió hacia gritándole que tenía un algo que enseñarle.
La madre del bebé ha relatado en el juicio que "no hay excusa para lo que ha hecho el padre del niño" y que está fuera de todo "sentido común tatuar a un bebé de tres años". "Ojalá no lo hubiera hecho", explica.
La custodia de Mathew ha sido asumida por los servicios sociales. El tío del niño ha explicado que la madre del bebé conocía la existencia del tatuaje meses antes de la detención de Ashley. Además, confiesa que pensaba que Aslhey era un buen padre antes de saber que había tatuado a su hijo. CGS