La actividad se desarrollaba en una casa en mal estado situada en el barrio de San Xoán. Según la policía, cuando uno de los miembros de la patrulla llamó a la puerta y se identificó, parte de quienes se encontraban en el interior huyeron despavoridos por la parte trasera del inmueble, causando diversos desperfectos.
Los agentes identificaron entre seis y diez individuos con edades comprendidas entre los 20 y los 60 años. Y tras la inspección de la casa han podido comprobar que la red tenía de todo. Disponían de un 'ring' donde los gallos peleaban y alrededor del cual se situaban las sillas de los espectadores, junto a una pizarra donde se apuntaban las pujas, pesos y demás características. También se guardaban los trofeos para el ganador, cuya entrega estaba prevista en un bar cercano. Y tampoco faltaba una báscula para el pesaje de los animales.
En el interior del inmueble fueron encontrados seis gallos en jaulas y otros dos heridos. Pero los detenidos aseguran que lo que hacían era 'toparlos'. Es decir, enfrentar a dos gallos con las protecciones para comprobar su forma física y distinguir cuáles estaban en condiciones de ser los mejores gallos para la reproducción.
A pesar de ser una actividad expresamente prohibida por el Código Penal, esta práctica es legal dentro de las asociaciones y criaderos, porque el ave va protegida y no sufre daños. DCB