La investigación se inició a instancias de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Dirección General de la Policía y continuó en Burgos tras detectarse a un usuario domiciliado en la ciudad, que consumía y compartía archivos pedófilos con otras personas.
En el registro del domicilio le fue intervenido material informático. En el momento en que los agentes policiales, acompañados de la comisión judicial, accedieron a su ordenador, comprobaron que estaba encendido y "en plena actividad, descargando y compartiendo los archivos con otros usuarios de la red".