Los Gobiernos de Italia y Túnez alcanzaron finalmente un acuerdo después de que el lunes el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, se reuniera con su homólogo tunecino, Beyi Caid Essebsi, sin conseguir resultados concretos.
Maroni anuncio el acuerdo en una comparecencia ante los medios en la embajada de Italia en Túnez, tras regresar al país norteafricano para una reunión con representantes del Gobierno tunecino que duró casi nueve horas.
"Hemos suscrito hoy un acuerdo técnico sobre la cooperación entre los dos países contra la inmigración ilegal: más allá del refuerzo de la colaboración entre las fuerzas de Policía, están previstas también las repatriaciones", dijo Maroni, en declaraciones que recogen los medios italianos.
"Estoy satisfecho: ha sido un trabajo largo y no fácil, pero el resultado es importante. Comienza ahora una fase de cooperación más intensa entre los dos países, que hará falta poner en la práctica, pero existen todos los presupuestos para la gestión y la lucha contra la inmigración irregular", agregó.
El ministro del Interior italiano no quiso dar muchos detalles sobre el contenido del acuerdo, que, según explicó, se explicará este miércoles en la reunión de la Comisión de la Unidad de Crisis sobre el asunto y se presentará al primer ministro.
Se trata, prosiguió Maroni, de "intervenciones de prevención de la inmigración ilegal, que nos permiten cerrar el grifo, que es lo que pretendíamos hacer en plena colaboración con las fuerzas de seguridad tunecinas, colaborando y proveyéndoles de todos los medios necesarios".
Desde este lunes una comisión técnica de los gobiernos de Italia y Túnez trabajaba en un acuerdo que pudiera poner freno al flujo masivo de inmigrantes de las costas tunecinas hacia las italianas, sobre todo a la isla de Lampedusa, desde donde poco a poco los indocumentados llegados se van trasladando a otros puntos del país.
El propio Berlusconi viajó este lunes para reunirse con su homólogo y obtener el compromiso tunecino de repatriar al día a unos cien inmigrantes, después de que en lo que va de año más de 22.000 indocumentados, en su práctica totalidad de Túnez, hayan desembarcado en las costas de Italia.
Tras el encuentro con el primer ministro tunecino, Berlusconi anunciaba el lunes que la firma del acuerdo de colaboración entre ambos países debería esperar, aunque explicaba que existía la "absoluta voluntad" por ambas partes de encontrar una solución en la dirección de la vigilancia de las costas de Túnez.
Italia, según explicaron fuentes gubernamentales, pretendía conseguir el compromiso del Gobierno de Túnez de repatriar a unos cien inmigrantes al día, a cambio de ayudas económicas para propiciar su reinserción en el país norteafricano.