En el marco de las celebraciones del Día Mundial del Ambiente, el gobernante afirmó que los países más ricos del mundo construyeron su poderío económico "desforestando lo que tenían" de bosques y que las naciones más pobres ahora intentan preservar "lo que ha sobrado".
"Tenemos lo que los países ricos no tienen más", aseguró Lula, al tiempo que criticó las presiones de las naciones más desarrolladas para que se contenga la desforestación en regiones como la Amazonía.
"Que ninguno (de los países ricos) imagine que la Amazonía es de ellos, porque la Amazonía es nuestra, es brasileña, es verde y amarilla", aseguró el mandatario, en alusión a los colores que predominan en la bandera de Brasil.
Lula sostuvo que su Gobierno ha puesto en práctica diversos programas que garantizan la protección del medio ambiente en la Amazonía, pero que también permiten el desarrollo de la región.
"Nosotros queremos preservar (la Amazonía), pero también debemos cuidar de 25 millones de seres humanos (que viven en esa región) y quieren tener un automóvil, una nevera, televisión y todas las cosas que todo el mundo desea", declaró.
Pese a que Brasil figura en la lista de los diez mayores emisores de gases contaminantes del planeta, Lula recordó que el país está en medio de un proceso para reducir la contaminación y que parte de ese plan es un cambio de su matriz energética.
"Si hay un país que precisa reducir sus emisiones de gases es Estados Unidos (que lidera la lista de países emisores) y después siguen China y otras naciones desarrolladas", sostuvo Lula, quien sostuvo que ya "el 42 por ciento de la matriz energética brasileña es limpia".
En un acto celebrado en la localidad de Caravelas, en el interior del estado de Bahía (noreste), Lula también anunció la creación de cuatro nuevas reservas forestales, que en conjunto abarcarán una superficie de 4.861 kilómetros cuadrados.
En esas áreas se permitirán actividades agrícolas, centradas en la producción de castañas y de frutos nativos, como el cupuaçu y el açaí, pero todo bajo una estricta regulación y sin que se permita la deforestación.
Al comenzar el acto, Lula pidió un minuto de silencio en memoria de las víctimas del avión de Air France que desapareció el pasado domingo en medio del Atlántico, después de haber despegado de Río de Janeiro rumbo a París con 228 personas a bordo.