Cada día alrededor de 5 personas mueren en nuestras carreteras. Cada víctima es la historia de una familia rota. Como la de Toñi que perdió a su hija de tan solo 17 años en un accidente de tráfico. El año pasado, 1.900 personas fallecieron en las carreteras. Este 2013, el número de muertos ha caído un 13%. Pero para las víctimas, esta cifra sigue siendo demasiado alta. Un drama que deja muchos daños que no reflejan las estadísticas. Familiares, amigos y compañeros que también ven truncada su vida. Tampoco hay que olvidar a los heridos graves. Fueron más de 10.400 en 2012. Sufren duras secuelas durante toda su vida. Como Jordi que tuvo un accidente de moto. Por eso, hoy todos piden más que nunca prudencia al volante, porque dicen que es una tragedia evitable, aunque puede tocarle a cualquiera.