Según publica el diario El País, fue el interventor del tren, Martín Marugán, quien llamo a Francisco Garzón por el teléfono corporativo para pedirle que apeara a una familia que viajaba en el tren cuando llegara a Pontedeume.
Garzón contestó la llamada dos minutos antes del accidente, justo en el límite para empezar a frenar antes de la curva de A Grandeira. Marugán declaró a la Policía tras el siniestro que viajaba en el vagón tres junto al vigilante de seguridad del convoy, pero ocultó la llamada que hizo y mintió sobre la última vez que habló con el maquinista.
Según parece, Martín pudo haber mantenido en secreto la llamada para proteger a Francisco, con quién además mantiene una estrecha relación, ya que durante la conducción está prohibido hablar por el teléfono corporativo.