Ya se conocen todos los datos que han revelado las cajas negras y se puede hacer una reconstrucción más o menos exacta de lo que ocurrió en el Alvia accidentado. Interventor y maquinista estuvieron hablando por el móvil hasta 11 segundos antes del accidente. Este es el segundo a segundo de esa llamada. Suena el móvil del maquinista. 2 minutos antes del accidente. El tren está a 6 kilómetros y medio de la curva y va a 199 km por hora. Comienzan a hablar. El interventor le pide que facilite la salida de una familia en una estación para la que aún queda 1 h y media de viaje. La conversación sigue. Queda 1 minuto 14 segundos para el accidente y suena una señal acústica que indica la cercanía de la curva, está a 4 km. Pero el maquinista no se da cuenta. Siguen hablando. Faltan sólo 11 segundos para el accidente. El tren está a 600 metros de la curva y va a 195 km por hora, lanzado. Entonces se oye un último sonido de la conversación. Un ¡ayyy! prolongado y fuerte del maquinista. Sólo un instante después, cuando quedan 10 segundos para el descarrilamiento, se oye una nueva señal acústica: el tren pasa por otra baliza. Y Garzón, ahora sí, pisa el freno de emergencia. Pero faltan 7 segundos para el impacto y sólo 300 metros para la curva. Imposible pararlo. Descarrila a 179 km por hora.