Emma O'Mahoney tenía 15 años cuando su rostro se abarrotó de acné. La chica se propuso luchar contra él, por lo que se puso en manos de los especialistas. El médico que le atendió le recetó varios medicamentos, entre ellos doxiciclina, un antibiótico que se usa generalmente para tratar el acné, aunque también para tratar infecciones de la piel, de pecho y de transmisión sexual.
Este medicamento presenta dolores de cabeza y náuseas o vómitos como efectos adversos, aunque O’Mahoney comenzó a sentir dolores en la espalda que le impidieron seguir sus clases de baile. Poco después, un zumbido en los oídos hizo presagiar que algo no funcionaba correctamente, aunque los médicos consideraron que se debía a una falta de circulación. Sin embargo, el día que la visión de la joven comenzó a difuminarse comenzó un largo periplo de operaciones y trabajo, como recoge The Independent.
La reacción al medicamento, que causó la acumulación de líquido espinal en el cerebro, le produjo la pérdida de visión, ya que hinchó el nervio óptico. “Cuando me admitieron en el hospital, me dijeron que estaba a un día de quedarme completamente ciega”, escribió O’Mahoney en Instagram.
Gracias a la cirugía y a los medicamentos, O’Mahoney ha recuperado parte de su visión. Sin embargo, la chica describió las dolencias contra las que todavía lucha: “Tengo una falta de visión periférica, encantadores puntos ciegos a los que les gusta bailar alrededor de mis ojos, estoy ciega en la mitad inferior de mi ojo izquierdo, todas las líneas rectas son onduladas, y tengo ceguera nocturna”, redactó.
Con la publicación en esta red social, la joven quiso tranquilizar a aquellas personas que le vieran por la calle caminando con un bastón. “Aunque mi visión es un poco asquerosa, estoy tan agradecida por lo que tengo. Estoy terminando mi último año en línea con la ayuda de la tecnología y asistiré a la universidad para estudiar teatro en el otoño de 2018”, prosiguió la chica.