Isidro lo ha perdido todo, menos la vida. El futuro que ve es incierto, aunque el matrimonio marroquí que vivía a su lado falleció en la explosión de Tui. Su casa estaba en la zona cero y ahora solo quedan escombros. Pilar también salvó su vida gracias al sofá, pero todos sus recuerdos saltaron por los aires. La explosión destruyó 31 viviendas y perjudicó a más de 750 vecinos, que todavía no han recibido las ayudas monetarias que les prometieron. Piden que se declare la zona catastrófica, algo que beneficiaría más rápido a los más afectados.