Alemania quiere imitar el éxito de España y sus ciudadanos serán donantes de órganos por ley

Miguel Hidalgo 03/04/2019 17:34

Este lunes, el ministro de Sanidad alemán, Jens Spahn, acompañado de distintos diputados de varios grupos políticos presentaron ante el Bundestag dicha reforma con la que esperan “beneficiar a muchos enfermos a la espera de un órgano que nunca llega”. Y es que el país germano está a la cola de donaciones en la Unión Europea con tan solo 9,7 donantes por millón de habitantes.

En el caso de España, tal y como presentó en enero la por entonces ministra de Sanidad María Luisa Carcedo, la tasa es de 48 donantes por millón de ciudadanos. Estos números vienen dados gracias a la solidaridad y al real decreto referente a las donaciones, que establece que todos los ciudadanos, llegada la muerte, son donantes por defecto salvo que se haya expresado lo contrario en vida, que los familiares

trasmitan la voluntad del fallecido o directamente lo desaprueben, según recoge el BOE y confirman desde la Organización Nacional de Trasplantes.

Todos somos donantes a no ser que hayamos expresado lo contrario en vida. En España siempre se pregunta a la familia por la voluntad del fallecido. La forma de constatar que no se oponía es preguntar a sus seres queridos en el momento de la muerte”, expresa David, enfermero de la oficina de coordinación de la Organización Nacional de Trasplantes.

En vida

También se pueden donar órganos en vida, aunque nadie está obligado. Bien se puede donar a un allegado o a un desconocido de forma altruista. La primera forma, a un familiar o amigo, es la que más se da en territorio nacional mientras que, según los datos de la ONT, a lo largo de la historia de España solo ha habido catorce casos de donaciones altruistas, es decir, personas que ceden sus órganos a desconocidos sin ningún tipo de compensación a cambio.

Procedimiento

Los trasplantes a partir de personas fallecidas derivan de muertes cerebrales o a corazón parado, nunca por cáncer o enfermedades infecciosas, entre otras. A partir de esta situación se activa el protocolo. Primero se comunica a la familia el fallecimiento (cinco minutos sin respuesta orgánica) y una vez se conoce la decisión de donar se procede a extraer, siempre en una UVI de un hospital, los órganos necesarios y que consideren los especialistas. Además, el documento de defunción ha de estar firmado por tres médicos, sin ser uno de ellos quien realice el posterior trasplante.

En segundo lugar, los servicios médicos transportan el órgano, al que se aplican líquidos especiales y hielo para su conservación, por vía terrestre o aérea dado el caso. Finalmente, otro equipo de médicos y cirujanos lo insertan en el receptor, que tendrá un tratamiento con inmunosupresores (inhibir proceso de defensas del cuerpo) para que el órgano no sea rechazado. Y en el supuesto que el cuerpo no lo acepte, dicho órgano no podría volver a ser trasplantado.

Prioridades y listas de espera

A la hora de seleccionar quien recibirá el preciado órgano, desde el centro de coordinación de la ONT revisan las listas de espera y si hay algún caso de ‘urgencia cero’, que tienen prioridad sobre cualquier otro. Este término alude a aquellos pacientes que “están en prioridad nacional y que son pacientes que si no reciben un trasplante en un periodo corto de tiempo van a fallecer en las próximas horas o días”.

De la misma forma se tiene en cuenta la proximidad geográfica en condición de igualdad de gravedad, para que el órgano lo reciba alguien que vive en la misma localidad en la que ha muerto el donante. Otra manera de recibirlo sería por rotación en las listas de espera, que van cambiando de acuerdo a la recepción existente.

No obstante, aquellas donaciones de familiares o allegados no van por lista de espera, por lo que no habría que esperar. Eso sí, tienen que ser totalmente desisteresadas por lo que no puede existir cualquier tipo de retribución a cambio. Fruto de este control se abrió una investigación al primo del exjugador de fútbol Eric Abidal, que fue archivada pero que hace unos meses reabrió la Audiencia de Barcelona.

El turismo de trasplante, una amenaza al sistema

Uno de los males que afecta al sistema de trasplantes español es el turismo de trasplante, o lo que es lo mismo, aquellas personas que viajan a otro país con el objetivo de recibir un órgano. La solución a este problema es “fomentar la autosuficiencia en el trasplante para todos los países”, además de desarrollar y “políticas para que el paciente no tenga que trasladarse”, indica David. Tal y como refleja la ONT, solo pueden acceder al trasplante “los ciudadanos españoles y extranjeros que tienen establecida legalmente su residencia en nuestro país”.