Sucedió en Tennessee, Estados Unidos, y, como en tantos casos en los que un infractor descerebrado decide inmortalizar lo que considera su ‘gesta’, fue grabado en vídeo para después compartirlo todo a través de las redes sociales.
En las imágenes se aprecia a Howard Matthew Webb, de 31 años, sentado en un vehículo mientras llevaba su mano a su pantalón para, a continuación, sumergir supuestamente sus testículos en un pequeño bote de salsa que está destinado a un cliente al que debe repartirle un pedido.
“Se siente bien”, llegó a decir Webb, repartidor a domicilio, al tiempo en que explicaba su injustificable conducta: “Esto es lo que pasa cuando te dan una propina de 80 céntimos (de dólar) por un viaje de casi 30 minutos”.
El vídeo fue grabado el 12 de enero y ahora, por tales hechos ha sido arrestado por adulterar la comida en un servicio de reparto a domicilio.
Según explica el medio Lad Bible, el cliente al que iba a repartir tenía fama entre los empleados por no dejar grandes propinas.
Su estupidez podría costarle hasta tres y 15 años de prisión (dependiendo de si ven un atentado a la salud) y además podría suponer una multa de hasta 8.790 euros; serán las autoridades judiciales competentes las que deban considerarlo.
Entre tanto, y como es obvio, el repartidor, que llevaba en su puesto desde noviembre, ha sido despedido, mientras al cliente afectado se le devolvió el dinero del pedido.