Se trataba de una práctica habitual para estos criminales. Para llevar a cabo las violaciones grupales, solían fijarse en otras menores de edad pertenecientes a comunidades desfavorecidas. Tras emborracharlas y drogarlas, las obligaban a participar en la orgía en la que las violaban.
En la última ocasión, según relata RPP, a los adolescentes "se les pasó la mano", según ha confesado a la policía la amiga de la víctima y cómplice de los asesinos que grabó lo sucedido y que posteriormente ha participado con la policía en la reconstrucción de los hechos.
Mientras los investigadores tratan de recuperar la grabación borrada, se ha conocido que en la reunión, llevada a cabo en casa de uno de los agresores, participaron en total seis personas: la víctima, la cómplice, y los cuatro varones, dos de ellos menores de edad, que violaron y causaron heridas mortales a la joven.
Según el relato de la cómplice "La reunión del viernes había sido debidamente planificada para realizar este acto" pero sin embargo "se les pasó la mano". El abogado de la familia de la víctima, Richard Almonacid, ha revelado cómo los criminales se ensañaron con la muchacha y terminaron la violación introduciéndole a la víctima una botella de cerveza por el ano, lo que le produjo un grave desgarro que desembocó una infección mortal.
Uno de los menores tiene denuncias por hechos similares aunque, según el abogado, se desconoce el alcance de este tipo de prácticas porque las víctimas tienen miedo a denunciar. Tres de los cuatro participantes ya han sido detenidos.