El pasado 18 de septiembre, sobre las 23,15 horas, el patrón de una embarcación alertó de que había perdido el rastro de un buzo en el paraje del Boquete de los Bobiones. Su cuerpo apareció sin vida 10 días después.
El incidente provocó que la Policía abriera una investigación que comenzó tomando declaración a los dos compañeros del buzo fallecido. Las contradicciones en los testimonios sobre la ubicación de la aparición del cuerpo, a nueve kilómetros de donde declaraban que se había producido la inmersión de la desaparición hizo sospechar a los investigadores.
Según fuentes policiales, el visionado de imágenes en cámaras facilitadas por la Autoridad Portuaria reveló la inmersión de alguno de los tripulantes para rescatar mochilas de cocaína. Eran buzos altamente cualificados y con equipos valorados en más de 20.000 euros.
Otras de las sospechas de la Policía se basó en la comprobación de las mareas y las coordenadas técnicas que no guardaban concordancia con los datos dados por los ahora detenidos a los que se les acusa de un presunto delito de homicidio por omisión.