La queja comenzó en su muro de Facebook, donde posteó dos fotos suyas en ropa interior acompañadas de una recriminación: “Perdonad por las fotografías, pero el único propósito de esto es enseñar la realidad de este caótico mundo de los modelos y medios sociales”.
Elizabeth comenzó a dar su primeros pasos en la industria de la moda con tan solo 16 años en una gran agencia, tal y como narra ella misma en su perfil de la red social. Allí la obligaron a cambiar su look, empezando con cortarse su larga melena bajo falsas promesas de convertirse en un icono mundial. Poco después le dijeron que sus medidas eran demasiado grandes y que tenía que perder peso.
Así, comenzó “una insana relación con la comida y la depresión”, afirma. “Me arrebataron la confianza. Esto afecta a mi familia, relaciones y trabajo. Ellos me hicieron sentir tan mal, no me sentía lo suficiente buena para nada o nadie”. Y añade que incluso cuando estuvo en su peor momento “no era lo suficientemente buena”.
Todo esto tuvo más consecuencias mentales que física. Al principio le dijeron que comise ensaladas y comidas de estas características, pero poco a poco la cosa fue a peor y cada día comía menos. “Cuando peor me sentía, solo comía zanahorias o si intentaba comer normal, eso me hacía sentir terriblemente culpable”, hasta tal punto que “lloraba mucho”.
Además, vierte duros comentarios hacia aquellos que la llevaron a esta situación límite: “a ellos no le importa cómo te sientas mentalmente, mientras tu luzcas lo suficientemente delgada delante de la cámara” y se desprende de un comentario demoledor: “ellos tienen una larga cola de chicas persiguiendo el mismo sueño, así que qué más da si un par de chicas caen muertas”.