Ahora, su dueña, Claire Neal, ha sido condenada a cuatro años de cárcel. En el juicio, la fiscal ha explicado que el perro estaba solo en el jardín de su vivienda sin correa ni bozal. El tribunal escuchó cómo a una niña pequeña se le quedó la pierna tras los mordiscos como un "queso suizo".
El gran problema está en que Claire Neil ya tuvo un problema con el can hace dos años y fue obligada a sacrificarlo. Pese a ello, la mujer no lo hizo y Marley ha vuelto a las andadas, tras escaparse por debajo de la puerta de su casa para atacar a los pequeños.
La acusada trató de argumentar que no era culpable, dado que al haber sido juzgada por el mismo animal, Marley era responsabilidad de la Justicia. Finalmente, acabó declarándose culpable. La magistrada la ha hecho pasar 4 años en prisión por "un ataque repetido" del animal, lo que considera "una irresponsabilidad de alto nivel".