Amanda Needham acudía cada día a su trabajo pedaleando por las calles de Brooklyn (Nueva York) con una bicicleta de 160 euros. Esta forma de acudir al trabajo se truncó una mañana, cuando descubrió que alguien le había robado su medio de transporte. Como Needham explicó en The Washington Post, la culpa fue suya y de su marido a partes iguales y “100% culpa de la persona que la robó”.
Con el propósito de recuperar la bicicleta, Needham colgó un cartel de grandes dimensiones en la verja de su vivienda, a pesar de la negativa de su marido. “A la persona que robó mi bicicleta: espero que la necesites más que yo. Gasté 200 dólares y la necesito para trabajar. No puedo pagar otra. La próxima vez, roba el Peugeot de un hipster. ¡O no robes! PD: tráela de vuelta", fue el mensaje que le dedicó al ladrón.
Needham se sintió “tonta” al colgar el letrero, ya que “si hubiera pasado casi tanto tiempo anclando la bicicleta como escribiendo el letrero, no se habría dado esta situación”, como publicó posteriormente.
Poco después de hacer visible el cartel, dos jóvenes afroamericanos tocaron su timbre. Uno de ellos portaba una bicicleta para niños y se la ofreció. A pesar del estado del vehículo, la mujer aceptó en agradecimiento a “la humanidad del gesto”. Otra mujer que trabajaba en el vecindario se acercó a su casa y le preguntó qué modelo necesitaba. “No sé mucho de bicicletas, pero si encuentro una te la traeré”, le prometió. La visita que lo cambió todo fue la de un artista que le ofreció 160 euros por el cartel.
Desbordada por estos gestos, Needham decidió crear el ‘hashtag’ #KarmaCycle con el objetivo de crear un red de ayuda entre aquellas personas a las que también les hubieran robado su medio de transporte. La primera acción de la mujer fue acudir a un pequeño taller regentado por una mujer, a quien le pidió que le arreglara la bicicleta de los jóvenes que se la donaron y le ayudara a encontrarle un hogar. A cambio del enésimo gesto de bondad, Needham ha publicitado a la mecánica a través de las redes sociales.