El trabajador de la residencia mató a sus víctimas suministrándoles lejía, con sobredosis de insulina o con un cóctel de medicamentos. Según su testimonio, lo hacía en un momento de euforia, porque se creía que era Dios y porque quería liberar a los ancianos de su sufrimiento.
Uno de los asesinos más sanguinarios de la historia reciente es Manuel Delgado Villegas, conocido como 'El Arropiero', que confesó el asesinato de su novia en 1971 y de 47 personas más entre 1964 y 1971, aunque la policía investigó 22 muertes y sólo probó ocho.
Jose Antonio Rodríguez Vera, alias 'El Mataviejas', abusó sexualmente y mató a 16 ancianas en Cantabria entre 1987 y 1988, por lo que fue condenado a 440 años de prisión. Murió apuñalado en la cárcel de Topas el 24 de octubre de 2002.
Francisco García Escalero, 'El mendigo asesino', confesó haber degollado a 13 personas, la mayoría mendigos entre 1987 y 1993. Esquizofrénico con sintomatología paranoide y conducta homicida, se dedicaba también a profanar tumbas.
El conocido como 'Asesino de la Baraja', el ex militar Alfredo Galán Sotillos, fue condenado a 142 años de prisión por seis asesinatos y tres tentativas entre los meses de enero y marzo de 2003.
Algunos de los casos más conocidos en Cataluña de los últimos años han sido el de Remedios Sánchez, la 'mataviejas', condenada a 144 años de prisión por asesinar a tres ancianas asfixiándolas y golpeándolas reiteradamente para robarles entre junio y julio de 2006.
Otro es el del asesino del Putxet, Juan José Pérez Rangel, que mató a Maria Ángeles Ribot y María Teresa de Diego el 11 y el 22 de enero de 2003 en un aparcamiento privado de la calle Bertran del barrio del Putxet de Barcelona.
Así, de confirmarse las muertes que ha reconocido el celador de Olot entraría a formar parte de este grupo de peligrosos asesinos en serie del país. EPF