Brooke Breedwell: "Lo que más odiaba de mi madre era que me obligase a pasar por el autobronceado"

Informativos Telecinco 15/09/2012 10:34

En una entrevista concedida a la revista The Sun, Brooke afirma que "desde que tenía tres años sufrí las presiones de mi madre para que fuera perfecta. Pero ella espera tanto de mí que era imposible que lo lograra".

"Una de las cosas que más detestaba de las rutinas y obligaciones que me imponía mi madre era el bronceado de mi piel. Creo que eso es un error, ninguna niña de cuatro años debe ser obligada a someterse a una sesión de autobronceado o a que sus ojos se le irriten y le lloren a causa del maquillaje", señala.

Aún hoy "me avergüenzo por haber formado parte alguna vez de ese loco mundo y le no perdono a mi madre por haberme empujado con tanta fuerza".

Brooke añade "si yo pudiera decirle algo a las madres británicas que están pensando en hacerle a sus lo que mi madre me hizo a mí, yo les diría que nunca lo hagan, que como la odiaba cada minuto".

Los tristes recuerdos de Brooke son un cúmulo de desfiles, profesores, maquilladores y asesores que empezaron antes que los profesores de escuela. Ahora reside en Athenas, una tranquila localidad del estado de Tennessee, en Estados Unidos y disfruta de una vida plena y de sus estudios de postgrado. Pero aún le persigue la sombra de aquellos años en los que Pam, su madre, le subió a una pasarela y le hizo desfilar mostrando su vestido nuevo y su pelo rubio y brillante a los jueces.

Pam estaba enganchada a estos certámenes. Por ello, cuando Brooke alcanzó la edad de tres años le puso un entrenador a tiempo completo para que modelase su cuerpo y un profesor de canto y eso que ni siquiera había empezado la escuela.

Empezaron aquí los peores años. Las clases eran continuas y no paraban. "Si yo no estaba en una clase de voz o en ejercicios, estaba en un concurso todos los días de la semana".

Brooke relata también las presiones constantes de Pam, las exigencias de perfección en las clases, en los desplazamientos en coche, en casa. En una ocasión, su madre llegó a jactarse ante un director de márketing de que formaban un 'dream team' y de que quería que su hija "parezca una muñeca Barbie".

Durante los seis años en los que Brooke estuvo concursando, su familia gastó más de 15.500 euros en vestuario, entrenadores y estilistas.

La inversión se recuperó con creces tras ganar Brooke premio tras premio. Los trofeos, además del botín en mátálico, incluían coche nuevo (ella apenas tenía cuatro años) y un viaje a las Bahamas.

Por eso Brooke tiene muy claro que a esa edad ella solo quería lo que una chica de su edad, "a los cinco lo único que quería hacer era jugar al aire libre con mis amigos y excavar en busca de gusanos en la tierra".

"Pero mi madre me apartaba de mis amigos y hacía su trabajo de transformación de niña en reina de la belleza insistiéndome en que tenía que practicar todos los días. Y es que odiaba el maquillaje, la laca de pelo y los dientes postizos. Pero lo que más detestaba era que me obligase a pasar por el autobronceado y lloraba cada vez que me obligaba a ello. Eso pasaba tres veces a la semana durante 20 minutos".

"Ahora pienso en ello y sabiendo lo peligroso que es, creo que es una locura que una madre le haga eso a su hija".

La historia acabó cuando Brooke se alzó con el certamen de belleza en la categoría de 15 años. Brooke no era elegible para otra corona y madre e hija pactaron el final de aquella aventura.

A sus 50 años, Pam vive alejada de los concursos y de Brooke. Le acompaña su esposo Randy y su otro hijo, Blake.

Para Brooke, la figura de su padre ha sido esencial para recuperar la estabilidad. "Gracias a Dios, con el amor y el apoyo que siempre recibí de mi padre he sido capaz de equilibrar mis perfecciones con mis inseguridades como un adulto".

"Por el momento no estoy segura de si alguna vez quisiera tener hijos. Pero una cosa sí es cierta, y es que si los tengo, nunca verán el mundo sucio de la ostentación y el glamour de los certámenes de belleza porque no lo permitiría. Yo sé más que nadie cómo pueden arruinar tu vida."