Condenado a 19 años de prisión por asesinar a una mujer con más de 20 puñaladas

Informativos Telecinco / Agencias 04/05/2018 17:24

La Audiencia de Tarragona ha condenado a 19 años de prisión a Stanislav R., acusado por asesinar a una mujer con la que mantenía una relación de amistad tras clavarle más de 20 cuchilladas. El asesinato se produjo el 9 de octubre de 2015 en Tarragona y el hombre también deberá indemnizar a la familia con 200.000 euros.

En la sentencia, el tribunal considera que el acusado Stanislav R., de nacionalidad eslovaca y sin antecedentes penales, se dirigió al campamento donde vivía la víctima durante la noche del 9 de octubre de 2015, cuando se encontraba sola.

En un momento dado en el que ambos se encontraban fuera de la tienda de campaña, el acusado le asestó múltiples cuchilladas con una hoja de 35 milímetros de ancho y le provocó un shock hipovolémico, por el que murió. El cadáver de la mujer no fue encontrado hasta dos días después por la madre de la víctima.

Durante el juicio, el acusado reconoció haber mantenido relaciones consentidas con la mujer, aunque ella después le gritó que le denunciaría. El hombre declaró que entró en pánico y le asestó “dos o tres puñaladas”, aunque indicó que no lo recordaba porque iba borracho.

El tribunal descarta un delito de violación en grado de tentativa porque en el juicio no quedó acreditado si la relación sexual que mantuvieron ambos esa noche fue o no consentida por la mujer y si hubo penetración.

HUBO ALEVOSÍA

La sentencia de la Audiencia considera que las más de 20 cuchilladas, algunas de ellas en zonas especialmente vitales, como cuello o tórax, “denotan una evidente intención de matar, máxime si se tiene en cuenta que el cuchillo utilizado tenía unos 35 milímetros de ancho y una longitud lo suficientemente larga como para llegar a diversas zonas óseas del cuerpo”.

Así, la Audiencia considera que hubo el agravante de alevosía, ya que el hecho se produjo en un mero desequilibrio de fuerzas entre agresor y víctima, la mujer estaba imposibilitada de recibir auxilio y porque el acusado portaba un cuchillo de anchura y longitud significativas, que “hicieron que la mujer viera prácticamente anuladas sus posibilidades de defensa”.

Pese a constatar que el acusado tuvo una “conducta salvaje y despiadada”, descartan ensañamiento porque, más allá del número de puñaladas, “no existen otros elementos de los que pudiera inferirse una intención del acusado de provocar intencionadamente un sufrimiento innecesario o una prolongación de la agonía”.