Rosa María Da Cruz, la mujer que escondió en el sótano de su casa y en el maletero del coche a su cuarta bebé recién nacida durante dos años, fue condenada a cinco años de cárcel, tres de ellos con posibilidad de libertad condicional, así como a cinco años de seguimiento socio-judicial, informa Todo Noticias.
En el juicio se habló sobre la negación de embarazo, una patología poco conocida y sin definición legal, y se buscó conocer si Rosa María era consciente de lo que hacía. La fiscalía había pedido una pena de ocho años de cárcel por "violencia sobre menor de edad que provocó una discapacidad permanente".
La Justicia ha decidido retirarle la autoridad parental para que la pequeña Serena —que cumplirá siete años la próxima semana— pueda ser adoptada por la familia que cuida de ella desde hace cinco años.
"No sabía que tenía una hija, no la veía", afirmó Da Cruz durante el juicio. "Cuando Serena nació, para mí no era un bebé, la dejé y no me ocupé de ella enseguida. La apoyé sobre un colchón y me fui", declaró este miércoles. También afirmó que jamás la abrazó y que "había días en que no comía nada porque me olvidaba de ella".
Según contó ante la corte, "ni siquiera le había dado un nombre". "Serena, le puse cuando un bombero se acercó para que me despidiera de ella", afirmó.
La mujer contó que fue la mirada y la sonrisa de la pequeña que un día vio cuando tomó conciencia que tenían que encontrarla. Cinco meses después acabó el calvario de la pequeña cuando la encontraron en el taller.
"¿Cuándo se dio cuenta de que este ser vivo era su hija?", le había preguntado el juez a la mujer, a lo que Da Cruz había contestado "en realidad, fue cuando abrieron el baúl y alguien dijo 'es un bebé, es un bebé'".
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