Condenan a 49 años de cárcel al profesor de Valdeluz por abusos sexuales a sus alumnas

Informativos Telecinco / Agencias 09/07/2018 10:40

El Tribunal concluye en su sentencia que el acusado era un profesor "querido y valorado", y su relación con sus alumnos y alumnas era "cercana y cariñosa".

Esta cercanía fue aprovechada por Andrés D.D "para tocarlas y satisfacer su deseo e impulso sexual, comenzando con besos, abrazos, cosquillas, hasta ir aumentando los toqueteos progresiva y gradualmente en el tiempo, poco a poco, llegando a manosear piernas hacia ingles y zona vulvar e interior de los muslos, espaldas, senos y nalgas".

El docente, que impartía clases de Ética, Religión y Música, organizaba fiestas en la academia, viajes de estudios, y en verano, barbacoas en su casa, "sintiendo por él todas las denunciantes una admiración superior a la normal".

Este hombre llegó a restregar "en alguna ocasión su pene en sus espaldas o llevando el acusado la mano de alguna de ellas a su miembro, por fuera de la ropa".

Asimismo, "llegó a introducir sus dedos en la vagina de algunas de ellas, escudándose muchas veces en la necesidad de llevar a cabo correcciones posturales mientras estaban sentadas tocando el piano".

La sentencia analiza la conducta que se llevó a cabo sobre cada una de las víctimas que se recogen en los hechos probados. Solamente sobre dos de ellas no se considera acreditada la conducta.

LA FISCALÍA PIDIÓ 69 AÑOS

En el juicio, que se celebró a puerta cerrada, el representante del Ministerio Fiscal pidió 69 años de cárcel por catorce delitos de abuso sexual. El profesor estuvo en febrero de 2014 dos meses en prisión preventiva.

Además, solicitó al Valdeluz y a su aseguradora, Mafre, el pago de 270.000 euros a siete menores por los daños morales y reclamó 240.000 euros al acusado y a la academia Melodía Siglo XXI como responsable civil subsidiario.

Andrés D.D., declaró en el juicio que la acusación que ejercen las catorce exalumnas era "falsa" y se debía a que tenían "demasiadas" hormonas adolescentes; a su deseo de conseguir dinero a través de la indemnización que se le imponga y; a "una venganza" de las chicas hacia su mujer.

Pese a esta tesis, las víctimas fueron ratificando a lo largo de las sesiones los abusos sexuales. Muchas de ellas manifestaron que no denunciaron los hechos cuando pasaron porque tenían mucho cariño a la esposa del acusado, quien dirigía la academia donde habrían sucedido la mayoría de los abusos.