Los vuelos de largas distancias, además de ser pesados y de parecer que no acaban nunca, suelen tener otro inconveniente añadido, el jet lag. El cambio horario en las diferentes partes del mundo puede condicionar tu sueño, sobre todo si disfrutas de una larga estancia en tu destino.
Según informa DailyMail, dormir en los largos viajes, o intentarlo, te perjudicará más de lo que crees, ya que al inclinar el asiento hacia atrás, puede aumentar la presión en nuestra columna vertebral y tener menos control de nuestros fluidos.
La fisioterapeuta Ann Fong, aconseja mantener ligeramente inclinado el asiento del avión además de usar un pequeño cojín para sostener la columna vertebral. "Mantener una posición neutral cerca de la espina dorsal ayuda a los músculos, vasos sanguíneos, órganos y nervios a descansar lo más cerca posible de una alineación neutral",explica.
Problemas cardíacos y derrames cerebrales
El doctor Grinni Mansberg, revela que los largos vuelos provocan problemas de salud debido a la falta de movimiento durante horas. La trombosis venosa es una de las dolencias que puede aparecer, normalmente en nuestras piernas si estamos mucho tiempo sentados. En casos extremos incluso puede derivar en problemas cardíacos o un derrame cerebral.
Por su parte, el doctor Mansberg afirma que un estudio reciente ha revelado que los vuelos más largos de 10 horas, el riesgo de sufrir este tipo de problemas aumenta un 10%.
"Mientras más tiempo estés en el vuelo, mayor será el riesgo, especialmente si te sientas durante mucho tiempo con las piernas en una posición", señala Mansberg.
Como consejo para evitar estas dolencias, el experto ánima a hidratarse antes y durante el vuelo, mover las piernas, ya sea caminando por el avión o haciendo ejercicios sentados, y no fumar.