La Coordinadora de ONGD pedirá la erradicación del hambre como prioridad política ante Naciones Unidas

EUROPA PRESS 03/04/2013 15:02

"Que 868 millones de personas sufran desnutrición no es fruto del azar sino de causas políticas y económicas concretas que hacen que, a dos años de cumplirse el plazo marcado para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) no podamos hablar de grandes éxitos en la reducción del hambre y la pobreza", ha denunciado la presidenta de la Coordinadora de ONGD, Mercedes Ruiz-Giménez.

En este sentido, ha señalado que es "escandaloso" que casi 900 millones de personas sufran desnutrición "mientras continúan de manera imparable la especulación alimentaria en los mercados financieros y los abusos de poder de algunas corporaciones multinacionales del sector agroalimentario".

Por ello, Ruiz-Giménez ha afirmado que, como organizaciones de la sociedad civil, exigirán "que la erradicación del hambre y la desnutrición sean un elemento prioritario en la revisión de los ODM" durante la consulta de alto nivel que Naciones Unidas celebra en Madrid. "Reclamaremos medidas contundentes para garantizar el derecho a alimentación y la soberanía alimentaria", ha sentenciado.

LOS RETOS ALIMENTARIOS DEL SIGLO XXI

La Coordinadora de ONGD ha explicado que "una de las cuestiones más preocupantes es el acaparamiento de tierras", que supone "una seria amenaza para la agricultura campesina y la seguridad alimentaria en millones de personas en el mundo". En Senegal, por ejemplo, el 30 por ciento de la superficie cultivable --670 mil hectáreas-- está en manos de empresas o estados extranjeros y de algunos altos funcionarios o empresarios senegaleses.

Según añade la organización, "otro reto urgente es acabar con la creciente especulación alimentaria en los mercados en la que intervienen entidades financieras internacionales y los grandes poderes del agronegocio". Así, recurren a las palabras del ex relator de la ONU para el Derecho a la Alimentación, Jean Ziegler: "Especular con los alimentos es un crimen contra la humanidad que los países democráticos deben impedir".

En concreto, casi 2.000 millones de personas en el mundo --una de cada 3-- utilizan más del 50 por ciento de sus ingresos para adquirir comida, por lo que los efectos de la subida de los precios alimentarios "son devastadores".

Por ello, la coordinadora ha advertido de que "erradicar el hambre no es una tarea exclusiva de la política de cooperación", ya que "las políticas comerciales, medioambientales o económicas tienen mucho que ver con el acceso a los alimentos". Así, concluye que "todas estas propuestas no podrán llevarse a cabo si no se cuenta con un firme liderazgo político al más alto nivel".