La copiosa lluvia primaveral, detrás de la mejor campaña contra el fuego en 30 años

AGENCIA EFE 12/08/2010 11:32

En una entrevista con EFE, el decano del Colegio de Ingenieros de Montes de España, Carlos del Álamo Jiménez, ha indicado que a partir de la segunda quincena de agosto el alto riesgo de incendios bajará globalmente para toda España.

Por ello, será "muy difícil" que las actuales estadísticas del Ministerio de Medio Ambiente registren modificaciones relevantes en cuanto al número de siniestros causados por el fuego y la superficie arbolada arrasada por las llamas.

A fecha de 1 de agosto, los conatos (menos de una hectárea) y los incendios (más de una hectárea) sumaron 6.216, frente a los 10.668 en el mismo periodo de 2009 y los 10.806 de la media en la última década.

Además, según Del Álamo, la superficie arbolada afectada no ha llegado este año a las 19.000 hectáreas, una proporción "muy pequeña" en comparación con los 18 millones de hectáreas de bosque que hay en España.

Esta última cifra -ha destacado- supone una disminución de alrededor del 80 por ciento en relación a los ocho primeros meses de 2009, periodo en el que prendieron más de 90.000 hectáreas arboladas.

Entre las causas que explican este buen comportamiento, el decano de los ingenieros españoles de montes ha apuntado a las abundantes lluvias de la primavera pasada, una de las más frescas de la última década.

Durante el actual año hidrológico (del 1 de octubre de 2009 al 1 de setiembre de 2010), las lluvias han sido muy superiores a lo normal: a 15 de junio los valores medios se situaron en 701 litros por metro cuadrado, lo que supone un superávit de 159 litros, un 29 por ciento más de lo acostumbrado, según datos de la Aemet.

Contra la opinión generalizada de que las lluvias producen más combustible en el campo (sobre todo herbáceas), Del Álamo ha dicho que ello no es significativo sino que lo relevante es la biomasa acumulada años atrás.

"En sentido contrario, lo que hace la lluvia es mantener húmedo los montes durante más tiempo y, en consecuencia, existe una mayor dificultad de propagación del fuego", ha añadido el decano, quien ha recordado que el factor humano sigue siendo el principal causante de este tipo de siniestros.

En este contexto, el decano ha subrayado que la importante reducción del número de incendios se ha producido en unas condiciones meteorológicas "muy complicadas", ya que el mes de julio ha sido muy caluroso, seco y con mucho viento.

Ha pronosticado, asimismo, que el riesgo de incendios descenderá de manera global en el país a partir de la segunda quincena de agosto, pero se mantendrá en el noroeste (Galicia, Asturias, norte de Castilla y León y la Meseta) hasta que regresen las lluvias de septiembre.

Respecto al reciente estudio divulgado por la Fiscalía de Medio Ambiente sobre el perfil del incendiario, ha indicado que se fundamenta en una muestra demasiado pequeña para extraer conclusiones ajustadas.

Según este estudio, basado en entrevistas a 35 incendiarios forestales que se encontraban privados de libertad, el perfil del pirómano es el de un varón español, soltero, de 30 a 58 años, con un trabajo de escasa cualificación, que abusa de sustancias, sobre todo alcohol, y que reside y trabaja cerca del lugar donde prende fuego.

Por último, Del Álamo ha destacado que el monte rentable no arde, ya que se preocupan de cuidarlo sus dueños, los vecinos, la gente que los visita.

Por ejemplo, el cultivo forestal del "denostado eucalipto" en Galicia es el monte que menos recorre el fuego, porque es el que más atención recibe al generar rentas económicas y dar empleo.

En España, el monte crece 45 millones de metros cúbicos al año y sólo se aprovecha la tercera parte (en madera), por tanto las dos terceras partes de los crecimientos anuales quedan allí, lo que supone otro riesgo para la propagación de las llamas.