David Reboredo dice que su caso ha inspirado nuevas peticiones de indulto y anima a afectados a "afrontar el problema"

EUROPA PRESS 20/06/2013 16:11

David Reboredo, el extoxicómano vigués que consiguió salir de prisión tras recibir el indulto por una de las penas por las que fue condenado por intercambio de dos papelinas, y que se encuentra a la espera de poder recibir la medida de gracia por la segunda de ellas, ha explicado que su caso ha servido de inspiración para otros similares y que, de hecho, el grupo El Imán-Cedro con el que colabora ha recibido ya varias solicitudes.

Después de tres meses en prisión, el pasado marzo Reboredo consiguió el indulto para una de las condenas y, además, pudo abandonar la cárcel tras obtener un régimen de internamiento mixto, similar al tercer grado. Desde hace dos semanas le ha sido concedido el tercer grado y, desde esta semana, también está gozando de permisos.

De esa forma, permanece en el Centro de Inserción Social (CIS) Carmen Avendaño, pero pasa todos los fines de semana en casa y, además, cuenta con cuatro días adicionales de permiso al mes. También se encuentra pendiente de la resolución sobre la petición del segundo indulto, que, de ser favorable, le dejaría en libertad.

En declaraciones a Europa Press, David Reboredo animó a las personas que estén en una situación similar a la suya a que "afronten el problema" y hablen con profesionales para saber si tienen el perfil adecuado para poder solicitar un indulto. En ese sentido, explicó que, si cumplen los requisitos para que le pueda ser tramitada la petición, encontrarán todo el apoyo del grupo El Imán, que "peleará por ello".

Así, explicó que, a raíz de su caso, ya se han recibido varias peticiones que se estudian jurídicamente. Entre ellas, David citó el caso del hermano de un compañero del grupo, que se encontraba en prisión por un caso parecido al suyo y que, tras solicitar la medida de gracia, desde la semana pasada "se encuentra en la calle a la espera de una decisión sobre el indulto".

En cuanto a su caso particular, destacó que su vida es "muy distinta" desde que, en marzo, salió de prisión y, en ese sentido, afirma que la espera por la resolución sobre el segundo indulto la lleva "con menos ansiedad" que cuando, desde la cárcel, aguardaba por el primero.

"Allí era mucho más angustioso. Ahora sé que cualquier viernes pasará por el Consejo de Ministros y, mientras, a cumplir lo que me queda y estar igual que hasta ahora", apuntó, recordando que cada día desarrolla actividades tanto en el grupo El Imán-Cedro como en Érguete, y va a comer y a dormir al CIS.

La tramitación del segundo indulto para David se encuentra actualmente en el Tribunal Supremo, el cual debe enviar un informe al Ministerio de Justicia, que será el encargado de decidir si concede el segundo indulto o no. En ese sentido, el padre de David, Edmundo Reboredo, se muestra optimista, y espera que la resolución sea favorable. En todo caso, ve con "preocupación" la llegada del verano y la paralización de la actividad en la Administración de Justicia por las vacaciones.

FAMILIA

David y Edmundo expusieron sus experiencias en una charla sobre indultos celebrada en las instalaciones de Cedro en Vigo, donde también participó una abogada que lleva este tipo de casos y el coordinador del grupo El Imán, Antón Bouzas, que ha trabajado en el caso de David, que es colaborador del grupo.

Sobre su experiencia, David Reboredo reconoció a Europa Press que al principio "no afrontaba los problemas" e "intentaba escapar", pero que se acabó dando cuenta de que "las cosas hay que afrontarlas". También destacó que las cosas han ido "saliendo bien" gracias al apoyo de "la gente que se ha implicado en esto".

En la misma línea, Edmundo destacó la importancia de la familia a la hora de que una persona con problemas con las drogas se rehabilite, como es el caso de su hijo --y quien, estando ya rehabilitado, fue condenado por hechos ocurridos durante su etapa de drogadicción--.

Así, destacó la necesidad de que la familia haga ver a la persona que "el hogar sigue siempre abierto" y que "siempre le dará apoyo". "Esto es más importante incluso que la ayuda de psicólogos y psiquiatras", estimó Edmundo Reboredo, quien destacó en el "sacrificio" y esfuerzo que supone para los allegados de un drogodependiente.

Sobre su experiencia personal, explicó que en el caso de David "hubo incluso alguna vez necesidad de privarlo de las llaves de casa, pero dándole la seguridad de que, si llamaba a la puerta, le iba a ser abierta", apuntó. "Hay que lograr que las personas con problemas de drogadicción se consideren apoyadas por sus familias, porque así no huirán al saber que podrán acudir a ellas si tienen algún problema", insistió.