Un total de 54 personas han sido sancionadas durante una intervención de la policía en una discoteca del centro de Madrid. Los propietarios organizaban sesiones para sus clientes más fieles, aprovechando que el foco de las fiestas ilegales está puesto en pisos turísticos y domicilios.
El céntrico local (Charme) funcionaba como discoteca. No solo se ejercía una actividad prohibida, la forma de captar a los clientes hizo sospechar a los agentes de que dentro se estaba celebrando una fiesta ilegal: se celebraba a através de un circuito cerrado, solamente a conocidos y previo pago de una entrada.
Los organizadores habían habilitado la pista de baile, los clientes compartian cachimbas. Bailaban sin distancia, ni mascarilla. El saldo de la redada, 54 clientes sancionados por no cumplir la normativa contra la covid.
"Muchas de las persona que estaban ahí venían de zonas de salud previamente confinadas", comenta un portavoz policial. La presión sobre los pisos turísticos ha hecho que los que quieren seguir celebrando fiestas cambien de tácticas. Los agentes se conocen sus artimañas y actúan de forma implacable.