Gracias al aviso de su reloj, William tomó conciencia de que algo grave le podía estar pasando y acudió de forma inmediata a urgencias. En la media hora que tardó desde el trabajo hasta urgencias perdió el 80 por ciento de su sangre.
"Llené de sangre todo el coche, sangraba por la boca y por ano", asegura William a la NBC. Al llegar al hospital le operaron de urgencia porque tenía una úlcera que se le había perforado. Además, le realizaron numerosas transfusiones de sangre para recuperar toda la que había perdido.
Los doctores aseguraron que de no ser por la alerta del reloj que le hizo reaccionar a William, este habría muerto desangrado. Ahora el joven se siente muy afortunado ya que asegura que de no ser por la alerta, habría seguido trabajando y posiblemente le hubiesen encontrado muerto.
William espera que su historia llegue a los escépticos de la tecnología y reconozcan su gran utilidad. "Afortunadamente, mi historia puede empujarlos a usar la tecnología. En mi caso fue como un angelito mirándome. Realmente fue un dispositivo mágico".