"Solo estaba siendo una madre preocupada e impartiendo disciplina a mi hija". Estas fueron las palabras de May, la mujer de Michigan, Estados Unidos, que simplemente quería lo mejor para su hija. Pero debido a la denuncia del ex marido, quien aseguró que el móvil era suyo, la mujer tuvo que acudir a declarar como presunta autora del delito de robo, tal y como recoge woodtv.
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Su ex marido le dijo a la policía que era dueño del teléfono y afirmó que el castigo de su ex esposa era un crimen. Presentó una queja ante la Oficina del Alguacil del Condado de Ottawa, alegando que su ella le robó el teléfono. Motivo por el cual fue detenida en el pasado mes de mayo, aunque fue liberada inmediatamente tras abonar una fianza de 200 dólares. A pesar de ello se enfrentó a un cargo menor de robo, ya que eran menos de 200 euros, y se enfrentaba a una posible condena de 93 días de cárcel.
Además, justo antes de que su juicio comenzara el pasado martes 18 de septiembre ante la Jueza del Distrito del Condado de Ottawa, Judy Mulder, los fiscales añadieron un segundo cargo por el mismo supuesto robo telefónico: robo por conversión, también punible con hasta 93 días. Con ello podría llegar a ser condenada a 186 días de prisión.
Pero todo pareció volver a la normalidad tras la comparecencia de los testigos, ya que los fiscales cambiaron su versión tras poder hablar también con May. Sarah Matwiejczyk, fiscal auxiliar del condado de Ottawa, le dijo a la juez que "he tenido la oportunidad de discutir este caso con la víctima en este caso, o al menos la persona que creemos que es dueña de la propiedad". De este modo, y conociendo ya que el ex marido no era el dueño del telefono, se desestimaron los cargos contra May.