La abultada asignación supondría según informa el diario belga 'De Morgen', que Elisabeth contase con una estructura burocrática diferenciada de la de los monarcas así como personal a su cargo que debería ser mantenida y costeada con esos fondos.
Felipe y Matilde consideran que en esto momento su hija debe centrarse sobre todo en sus estudios y no desviarse de sus objetivos académicos. Un mayor protagonismo público obligaría a la heredera al trono a descuidar sus estudios.
Por ello, los monarcas no han llegado a considerar la posibilidad de que a partir del 25 de octubre, la duquesa de Brabante cobre la asignación que constitucionalmente le corresponde aunque se trate solo de un aplazamiento durante el tiempo que dure su formación reglada.
Felipe, el padre de Elisabeth y actual monarca sí llegó a percibir esta dotación desde que alcanzó la mayoría de edad en 1978 y hasta 2013 momento en el que sucedió a su padre, el rey Alberto tras su abdicación.