Los paralelismos en el ‘modus operandi’ de 'el Chicle' y de Bernardo Montoya

telecinco.es 20/12/2018 17:43

Bernardo Montoya y José Enrique Abuín, 'El Chicle': dos hombres de cincuenta y cuarenta años que ya conocían la cárcel y el entorno delictivo. Por asesinato en la familia Montoya, por drogas en el caso de Abuín. Dos hombres que escogieron el mismo tipo de víctima. Chicas jóvenes. Laura Luelmo tenía 26 años y acababa de llegar al Campillo. Diana Quer tenía 18 años y veraneaba en A Pobra do Caramiñal. Las dos iban solas y ambas se sintieron intimidadas antes de ser atacadas. Son las trágicas historias de dos asesinos que tienen mucho en común salvo una cosa: en el caso de el Chicle, por las circunstancias en las que se encontraba el cuerpo, la autopsia de Diana no pudo demostrar que la hubo pero sí en la de Laura.

Modus operandi con similitudes

Las formas de actuar de Bernardo Montoya y El Chicle ofrecen paralelismos tanto en sus métodos de actuación como en sus confesiones después de ser atrapados. Si recordamos los movimientos de El Chicle para acabar con la vida de Diana Quer comprobamos primero el coche como elemento clave. En este fue donde El Chicle escondió inicialmente el cuerpo. Paradojas de la vida, ambos tenían el mismo vehículo. El Chicle también asaltó a su víctima en la calle y la golpeó con el objetivo de violarla. Y después se la llevó a un lugar para seguir con sus fechorías. El Chicle es capturado cuando intenta cazar a otra chica y es atrapado por una policía que ya lo tenía en el punto de mira.

En ambos casos ambas se sintieron intimidadas

Diana Quer confesó por whastapp que "Morena, ven aquí", contaba Diana por WhatsApp que le dijo un hombre poco antes de desaparecer. Ella sintió miedo desde ese mismo instante. Se perdió su pista después. Laura también le comunicó a su novio que sentía cómo su vecino al vigilaba de una manera que la hacía sentir incómoda, con miedo.

Intentaron negar la violación y hablaron de muerte accidental

El Chicle también intentó desde el primer momento defender que no había cometido ninguna agresión sexual aunque las investigaciones concluyeron que Diana fue desnudada y que el móvil de su asesinato fue en todo momento sexual. Pero la autopsia del cuerpo no lo pudo determinar. No solo eso, El Chicle también intentó presentar los hechos como una muerte accidental (defendió que la había atropellado sin querer con el coche). Es lo mismo que ha hecho Bernardo Montoya, que desde el primer momento ha manifestado que dejó a Laura con vida en los matorrales para intentar no ser acusado de homicidio voluntario, aunque después abrumado por las evidencias ha reconocido que agredió sexualmente a Laura en su casa. Bernardo, como hizo el Chicle, defendió hasta que le fue posible que intentó violar a Laura pero no lo logró, algo que ha desmentido ya el análisis del cuerpo.

Ambos negaron los hechos en las primeras declaraciones

Tanto El Chicle como Bernardo negaron haber participado en los hechos en sus primeras horas de declaración ante los cuerpos de seguridad del Estado. Solo el cúmulo de pruebas hicieron que cambiaran de postura, eso sí, añadiendo diferencias y cambios constantes en sus declaraciones para intentar dificultar atar cabos en la investigación. En el caso de Bernardo, nunca ha reconocido que mantuvo en su casa varios días a Laura aunque ya se han hallado restos de sangre en ella. Su versión de que la asaltó en la calle, la llevó a un callejón oscuro y luego la dejó en el campo se desmonta.

Mentiras en las declaraciones

El Chicle dijo a los investigadores en un primer momento que tampoco había forzado a Diana. De hecho, presumió en una carta dirigida a su familia que lo había hecho para evitar la prisión permanente revisable. Llegó a hablar con sus padres para que acudieran a la televisión, pero no por menos de 10.000 euros.

Los mismos investigadores

"Han venido los mejores". Así definía el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, Ezequiel Romero, al equipo de investigadores desplazados desde Madrid para buscar a Laura Luelmo, la profesora zamorana desaparecida en El Campillo, Huelva, cuando hacía deporte. Quienes resolvieron el caso de Diana fueron los mismos. Bien es cierto que a Diana Quer tardaron en encontrarla 16 meses y a Laura en menos de 72 horas.