La tragedia ocurrió en Grandes Playas de Corralejo, en el municipio de La Oliva (Fuerteventura), donde lo asistió personal sanitario que consiguieron estabilizarlo tras las maniobras de reanimación cardiopulmonar; después el niño fue evacuado al Hospital General de Fuerteventura en un helicóptero.
Sin embargo, poco después tuvo que ser trasladado hasta el Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria al encontrarse en estado de coma.
El niño sufrió una parada cardiorrespiratoria cuando fue sepultado en un agujero de tres metros de profundidad que habían hecho con sus amigos y familiares. Pero al intentar salir se le vino encima parte de la montaña de arena que habían sacado y quedó sepultado.
Los servicios de emergencia lo rescataron, y entre bomberos y socorristas formaron una cadena para impedir que la montaña de arena siguiera sepultando al niño.
Esta operación de sacar al niño del agujero les tomó unos 20 minutos. En dicho incidente participaron, entre otros, personal del Servicio de Urgencias Canario (SUC), así como Salvamento Marítimo, Cruz Roja o agentes de la Guardia Civil, entre otros.