Unos 65.000 ortodoxos rusos viven en España repartidos en 13 comunidades de las que dos tienen templo, Madrid y Altea

EUROPA PRESS 11/02/2016 17:20

Unas 65.000 personas residentes en España pertenecen a la Iglesia Ortodoxa Rusa, que cuenta con 13 comunidades repartidas por todo el país, de las que solo dos tienen templo: Madrid y Altea (Alicante). Ambas iglesias dependen del Patriarcado de Moscú, cuyo máximo representante es el Patriarca Kirill, que este viernes se reunirá con el Papa Francisco en el aeropuerto de La Habana (Cuba). Será la primera vez en la historia que un Papa de la Iglesia Católica y un Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa se encuentren.

El párroco de la Iglesia Ortodoxa Rusa de Madrid, el padre Andrey Kórdochkin, espera en las escaleras de la Parroquia de Santa María Magdalena vestido con el rason (una prenda larga y con amplias mangas similar a un hábito monacal). Por esta escalinata acceden al templo cada domingo unos 200 fieles ortodoxos rusos.

Al entrar, una vitrina muestra recortes de la historia de esta Iglesia en Madrid que aunque arquitectónicamente es muy joven --apenas dos años y medio desde que se construyó el templo--, lleva presente desde hace ya tres siglos. Precisamente, fue en 1761 cuando se fundó la primera capilla dedicada a Santa María Magdalena en la Embajada del Imperio Ruso en Madrid.

Uno de los recortes que se observan tras el cristal de la vitrina recuerda las cartas desde España que escribió un sacerdote ruso y otros se hacen eco de la participación de voluntarios rusos en la Guerra Civil española --además de los que combatieron en el bando republicano, hubo cerca de un centenar que llegaron para luchar en el bando franquista--.

Las cinco cúpulas doradas del templo, que representan a Jesucristo y los cuatro evangelistas, coronan una estructura de un color blanco que invade también el interior del templo. Las lámparas que cuelgan de los altos techos saludan a sus antepasados visigodos y algunas imágenes de santos españoles, como Santa Eulalia de Mérida, desvelan una Iglesia que promueve el culto a los santos del primer milenio.

ANTIGUO LOCUTORIO Y FRUTERÍA

La Iglesia también atesora los iconos de Santa María Magdalena, a quien está dedicado el templo, que tras un periplo por Argentina regresaron a España solo unos días antes de que se colocara la primera piedra. Este hito ocurrió hace solo dos años y medio. Hasta entonces, la comunidad ortodoxa rusa de Madrid se veía obligada a reunirse en una nave que previamente había dado cobijo a un locutorio y a una frutería.

En aquel momento, hace doce años, solo dos niños formaban parte de la comunidad, uno de ellos, la hija del padre Andrey. Ahora revolotean por la Iglesia hasta un centenar, de los cuales unos 60 acuden a catequesis. Además, el edificio alberga el proyecto educativo Casa Rusia, gracias al cual, unos 80 niños --muchos de ellos adoptados por familias españolas-- y grupos de adultos reciben clases de ruso.

Los fieles que asisten a los oficios de este templo tienen una media de edad de 40 años y son gente humilde, según cuenta el sacerdote, dedicada a la construcción, en el caso de los hombres y al servicio doméstico o el cuidado de ancianos, en el de las mujeres. Por ello, asiente cuando se le pregunta por los efectos de la crisis económica.

"Hemos notado mucho la crisis", afirma, al tiempo que pone de manifiesto una paradoja: "Hace doce años, la mayor parte de ellos no tenía papeles pero trabajaban todos. Ahora, casi todos tienen permiso de residencia pero no trabajo". Ante esta situación, aprovecharon la construcción del templo de Gran Vía de Hortaleza para darles un empleo aunque fuera temporal.

Aunque el padre Andrey admite que en Rusia los fieles en general no son muy practicantes (en torno a un 5%), reconoce que en el extranjero la situación cambia porque los rusos encuentran en el templo un lugar de unión en el que encontrar un apoyo espiritual y en el que poder hablar su idioma con los compatriotas.

Concretamente, en este templo al que acuden ucranianos, rusos, moldavos, georgianos, serbios, búlgaros, españoles, americanos, colombianos y brasileños, las misas se celebran en eslavo eclesiástico, aunque el castellano ya ocupa una quinta parte de los oficios.

FRANCISCO Y KIRILL DE MOSCÚ

Sobre el encuentro que tendrá lugar este viernes en el aeropuerto Internacional José Martí de La Habana (Cuba) entre el Papa Francisco y el Patriarca Kirill de Moscú, el padre Andrey asegura que han recibido la noticia con "mucha alegría" porque es un paso para avanzar no hacia la unión total de ambas iglesias, algo que no considera "realista", sino hacia una relación "buena, estable y transparente".

"Cuando surgen algunas dificultades en las relaciones entre personas o tradiciones religiosas es por falta de transparencia y de contacto. No es realista hablar de unión. Si tenemos una relación de diálogo, fraterna y transparente no es poco", subraya.

Precisamente, es esa capacidad de diálogo la que el Patriarka Kirill ha visto en el Papa Francisco para aceptar la reunión, según el párroco. "Ambos son capaces de ver al otro, no en la perspectiva del dominar, o de imponer, sino de dialogar", apunta.

Además, el padre Andrey espera que la conversación se convierta en un paso hacia un futuro viaje a Rusia del Papa Francisco porque, a su juicio, "cualquier comunidad religiosa tiene derecho a ser visitada por su pastor", más aún si se trata de un grupo minoritario pues "necesitará más atención para no sentirse suprimido".

CRISTIANOS PERSEGUIDOS Y SECULARIZACIÓN

En cuanto a los asuntos que abordarán, el padre Andrey prevé que la persecución que sufren los cristianos en el mundo será uno de los temas que formarán parte del documento que suscribirán ambos primados. Si bien reconoce que no ha tenido acceso al documento que firmarán el Papa y el Patriarca Kirill, se muestra convencido de que expresarán su unidad en esta preocupación.

Tampoco descarta que analicen otros problemas que afectan a ambas iglesias como la secularización que, según el padre Andrey, está adquiriendo formas "muy agresivas" e incluso "se refleja en la legislación". "Ni católicos ni ortodoxos queremos estar en las catacumbas otra vez", enfatiza.

Atendiendo al país donde tendrá lugar el encuentro entre el Papa y el Patriarca Kirill --Cuba--, el sacerdote sugiere que el Patriarca ruso ha elegido un país del nuevo mundo, lejos de Europa, que acarrea con "el peso histórico de malos entendimientos que sufrieron los cristianos ortodoxos".

EN CASO DE "GOLPES" DEL FUTURO GOBIERNO

En cuanto a la situación social y política en España, el párroco de Santa María Magdalena pone de manifiesto las posturas cercanas de las iglesias ortodoxa y católica. Según puntualiza, aunque la unión entre ambas no es realista pues no pueden compartir la vida litúrgica, explica que sí coinciden en asuntos sociales y avisa al futuro Gobierno de que cualquier "golpe" a la Iglesia católica también lo recibirán los ortodoxos.

"Si con algún cambio político que va a sufrir España la Iglesia católica va a recibir algún golpe, cualquier golpe a ellos es un golpe a nosotros", advierte. También se refiere a los puntos en común con respecto a la defensa de los niños concebidos y no nacidos: "Si hace su trabajo por los derechos de los niños antes de nacer, ellos están protegiendo no solo sus intereses (de la Iglesia católica) sino también los nuestros".