Del lince ibérico a la rana pirenaica: especies de animales protegidas en España

  • Existen numerosas especies en peligro de extinción en España, muchas de ellas endémicas en nuestro país

  • Las causas de su posible extinción se relacionan en la mayoría de los casos con la actividad humana

  • El turismo, el desarrollo de infraestructuras, la contaminación, la modificación del hábitat... afectan a su supervivencia y reproducción

España es un país con una gran biodiversidad: existen nada menos que 45 Reservas de la Biosfera y más de 50.000 especies animales repartidas a lo largo de nuestra geografía, así como 10.000 especies de plantas diferentes. En total, más del 50 por ciento de las especies animales y el 80 por ciento de las vegetales que habitan la Unión Europea lo hacen en nuestro país, algo que tiene mucho que ver con el hecho de que albergamos 121 tipos de hábitats diferentes, de acuerdo con los datos que maneja la Red de Gobiernos Locales +Biodiversidad. Sin embargo, existen algunas especies amenazadas que podrían desaparecer si no hacemos nada para evitarlo. ¿Cuáles son las especies de animales protegidas en España?

Especies de animales protegidas en España: animales en peligro de extinción

La biodiversidad de España tiene mucho que ver con su situación geoestratégica y con la presencia de archipiélagos que, como ocurre con el caso de Canarias, sitúan al país como puente entre el continente europeo y el africano. Ello permite la localización de distintos climas, a lo que se suman más de 7.000 kilómetros de costa bañados por diferentes aguas y una orografía particular. De hecho, tres de los 11 grandes ecosistemas marinos reconocidos están representados en nuestro país.

Sin embargo, nuestra biodiversidad es también muy frágil: hay más de mil especies en peligro de extinción en la Península Ibérica. Estas son algunas de las más características, tal y como recoge Fundación Aquae:

  • Lince ibérico. El lince ibérico es el felino más amenazado del Planeta pero, poco a poco, y gracias a lo distintos programas destinados a evitar su extinción, se aleja de esta categoría, pasando de 'En Peligro Crítico de Extinción' a 'En Peligro de Extinción'. En 2012 tan solo quedaban 156 linces y, a día de hoy, ya existen más de 1.000, pero queda mucho trabajo por hacer. Su mayor reto es alimentarse, debido a los cambios efectuados por el ser humano en sus hábitats. La caza furtiva y el tráfico ilegal de especies también han ocasionado su disminución.
  • Águila imperial blanca. Se trata de una especie endémica de la Península y es sin duda una de las aves más emblemáticas y amenazadas de nuestra fauna. Estuvo al borde de la extinción, aunque se ha venido recuperando en las últimas décadas, tal y como explica SEO/BirdLife. Vive en el centrosuroeste peninsular, fundamentalmente en sierras con extensas formaciones de monte mediterráneo y, en menor medida, en pinares del Sistema Central. Sigo siendo vulnerable a la caza, a la deforestación y a la contaminación química.
  • Oso pardo. Esta especie habita en las montañas cántabras del norte y que suele evitar el contacto con humanos. Por eso es difícil conocer su población exacta pero, según las estimaciones de la Fundación Oso Pardo, ha ido en aumento en los últimos años. Con todo, sigue siendo necesaria su protección. Durante mucho tiempo fueron blanco de cazadores, actividad prohibida en 1960. Entre otras cosas, se ha repoblado poco a poco la zona de los Pirineos.
  • Foca monje del Mediterráneo. La foca monje del Mediterráneo es una de las especies de pinnípedos más amenazada del mundo. Con poblaciones muy pequeñas, la ocupación humana y la destrucción de su hábitat en una de las principales amenazas a las que se enfrentan. Entre otras cosas, el aumento de las industrias y del turismo en zonas costeras han causado importantes daños para esta especie, y lo mismo se aplica a la interacción pesquera (sobreexplotación, pesca para comercializar piel y aceite, pesca por considerarlos competidores de los recursos pesqueros, by-catch con redes de pesca y, repercusión de la pesca industrial, que hace disminuir su alimento), tal y como recuerda Fundación Cram.
  • Cigüeña negra. La amenaza principal para esta especie es la degradación de su hábitat de nidificación, ligada a la presión urbanística y a la construcción de infraestructuras (grandes vías de comunicación, embalses, etc.). Además, sufre los efectos de la contaminación de las aguas, así como las presiones humanas ejercidas por pescadores, escaladores, senderistas e incluso observadores de aves; las actividades forestales y la navegación en tramos fluviales y embalses durante la cría; los tendidos eléctricos y vallados, donde se producen colisiones; y la muerte por disparo, con numerosos casos en las marismas del Guadalquivir.
  • Lagarto gigante de El Hierro. El lagarto gigante de El Hierro es endémico de Canarias y, antes de la llegada del hombre al Archipiélago, ocupaba la mayor parte de la isla de El Hierro. Actualmente se encuentra en peligro de extinción, conociéndose solo una población natural. La modificación de su hábitat característico en buena parte de la isla y la depredación ejercida por el hombre, las ratas y sobre todo, por los gatos, son algunos de los factores que han determinado sus graves problemas de conservación. De hecho, fue considerada una especie extinta hasta que en los años 70 se descubrió la población del risco de Tibataje. Actualmente existe un Centro de Recuperación en la localidad de La Frontera, con un programa de cría en cautividad para reintriducir la especie en nuevas zonas.
  • Urogallo cantábrico. El urogallo común es una especie gravemente amenazada en España: su población en el área cantábrica se ha reducido un 45 por ciento en 20 años y está a punto de dividirse en dos núcleos. En cuanto a la pirenaica, se ha reducido en un 25 por ciento en 15 años. Este ave es muy sensible a la alteración del hábitat, y su declive tiene que ver con el bajo número de jóvenes criados con éxito cada año, insuficiente para compensar la mortalidad adulta. El exceso de herbívoros y el aumento de depredadores no ayudan a la recuperación de su población.
  • Ballena vasca. Este mamífero posee una inconfundible joroba y emite un peculiar sonido por el fondo marino. Los vascos fueron los primeros en cazarla para venderla en el mercado, y a día de hoy se encuentra amenazada por colisiones con barcos, por su enredo con redes de pesca y por su caza furtiva. Es una especie protegida internacionalmente desde 1935, y los expertos advierten de que actualmente existen solo 100 ejemplares en edad de reproducción.
  • Visón europeo. Es pequeño animal vive cerca de los ríos y suele ocultarse de los humanos. Por esto y por lo reducido de su población es poco conocido pero, tal y como explican desde WWF, una de sus grandes virtudes es que es un indicador de la salud de nuestros ríos. De hecho, otra de las grandes amenazas para la especie es la pérdida y degradación de su hábitat, debido al mal estado de conservación del agua.
  • Rana pirenaica. Este anfibio de pequeño tamaño vive en ríos y arroyos de la zona de los Pirineos, así como en los valles orientales de Navarra. La práctica de deportes de riesgo en estas áreas es la principal causa de su situación de peligro de extinción, así como la presencia cada vez mayor de peces depredadores. El turismo, la tala de bosques, las infraestructuras de transporte, el cambio climático y la presencia del hongo llamado quítrido son otras amenazas clave para esta especie.