Esther Dingley, la excursionista desaparecida en los Pirineos, podría haberse caído a un lago helado

  • La última vez que fue vista vestía mallas negras y botas de montaña

  • El día 25 de noviembre mandó una foto a su novio en el Pico Salvaguardia

  • Todas las hipótesis se mantienen abiertas

Se siguen sin tener noticias de Esther Dingley, la excursionista desaparecida desde el pasado 25 de noviembre en los Pirineos. La Guardia Civil amplió la búsqueda de Benasque, Huesca, a los valles colindantes al Pico Salvaguardia, desde el que se comunicó telefónicamente por última vez con su pareja.

Las autoridades mantienen todas las hipótesis abiertas. En un primer momento, su familia ha expresado su miedo a que Dingley pueda haber sido secuestrada pero algunos expertos también manejan algunas hipótesis poco esperanzadoras: la excursionista podría haberse caído a un lago helado, lo que explicaría la falta de pruebas y de rastro que ha dejado tras su desaparición. De confirmarse esta teoría su cuerpo podría no aparecer hasta la primavera, con la llegada de temperaturas más altas, según recoge The Sun.

Un final trágico para esta historia pero del que todavía no hay ninguna confirmación oficial. Las autoridades siguen investigando y siguiendo las pistas que la propia aventurera fue dejando gracias a sus publicaciones en redes sociales, donde iba narrando sus viajes y caminatas.

En las labores de rescate participan componentes del Greim de Benasque, Greim de Boltaña, Ereim de Huesca y Sereim de Jaca, además de personal del Departamento de Medio Ambiente de Huesca, ha informado el Instituto Armado, pero han tenido que ser paralizadas por el mal tiempo.

La Guardia Civil de Huesca y la Gendarmería francesa trabajan en la búsqueda de esta montañera de nacionalidad inglesa-holandesa, de 37 años, de la que no se tiene noticia desde que comunicó que se encontraba en el Pico Salvaguardia, donde envió una foto a su pareja, y que regresaría a Benasque el 25 de noviembre tras realizar una ruta circular entre España y Francia.

Tras no regresar y no tener noticias suyas, el día 27, su novio dio la voz de alarma y denunció su desaparición.

La mujer, Esther Maria Dingley, mide 1,70 metros de altura, pesa 60 kilos, tiene el pelo rubio, largo y liso, y los ojos castaños. La última vez que fue vista vestía una camiseta de manga corta, mallas negras y botas de montaña.