¿Van a solucionar algo las etiquetas ecológicas o son papel mojado?

Informativos Telecinco 30/10/2018 17:15

También tuvo su repercusión el caso Dieselgate en el que un exalto cargo de Volkswagen se declaró culpable de fraude por su colaboración en el trucaje de los motores diésel. España no penalizó a los fabricantes, aunque inició una serie de ensayos para detectar el uso de software fraudulento.

A raíz de la polémica dio luz la iniciativa TRUE, un acrónimo que juega con el significado de la palabra ("verdad" en castellano) que pretende informar a la ciudadanía sobre las emisiones urbanas reales.

En la Unión Europea existe otra regulación de emisiones contaminantes de los vehículos denominada normas EURO. En ella, se clasifican del 1 al 6 los vehículos, empezando el 1 en 1992 y siendo el último año el 2015. En cada uno de los niveles se fija un máximo de emisiones tanto para gasolina como para diésel.

Por su parte, en España una de las medidas impulsadas por la Dirección General de Tráfico (DGT) fue la creación de etiquetas que clasifican a los vehículos en función de lo que contaminan. O, al menos, eso es lo que nos hacen creer.

En el caso de los vehículos diésel, esta clasificación le asigna pegatinas verdes a los automóviles C, es decir, aquellos que se matricularon a partir de 2014 (euro 6), o color amarillo a los B, los matriculados a partir de enero de 2006, año 2005 si son vehículos pesados (euro 4 y euro 5).

Una mala herramienta

Ecologistas en Acción, la organización más activa en la lucha contra la contaminación del aire, denuncia que dichas etiquetas no representen el nivel real de las emisiones, sino que se sirvan de numerosos "trucos" para superar los test. Y lo demuestran numerosos estudios elaborados por TRUE.

"Por ejemplo, los vehículos Euro 6 (los más modernos) tienen una etiqueta C, lo que indicaría, en teoría, que son limpios, pero lo cierto es que contaminan hasta 10 veces más", señala Núria Blázquez, portavoz de Transportes de la entidad ecológica. "Esta homologación no responde a las emisiones reales", recalca.

Blázquez afirma que con el uso de las etiquetas lo que se está consiguiendo es hacer creer a los compradores que los nuevos modelos son más ecologistas, pero "la realidad no es así, hay modelos del 2015 que contaminan igual que otros del 2000".

Desde la organización denuncian el engaño de los fabricantes y los compradores que consiguen que al final "se discrimine más por la edad que tiene el vehículo que por lo que realmente contaminan". En su opinión, las etiquetas, tal y como están diseñadas, “no son una buena herramienta para luchar contra la contaminación.

Ellos, en concordancia con la iniciativa TRUE, proponen que la clasificación de las etiquetas se hiciese con las emisiones reales. Este sistema se basa en el potencial contaminador de los vehículos, una herramienta que sirve para discriminar a aquellos con mayores emisiones de los menos contaminantes. Realizan una categorización sencilla en tres colores (verde, amarillo y rojo) con la que de momento solo informan sobre las emisiones NOx , aunque más adelante se incluirán otras emisiones.

Beto a las etiquetas B

En opinión de Ecologistas en Acción, la solución en España pasaría por excluir las etiquetas B a todos los vendidos antes del año 2015. Esto significaría que se quedarían sin ella y, por lo tanto, serían incluidos en las restricciones dictadas por los ayuntamientos. Los matriculados a partir de esa fecha pasarían de la etiqueta C a la B.

Otra posible solución es la que plantean los técnicos del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), quienes proponen vetar la entrada a sus municipios a todos los vehículos diésel con etiqueta amarilla a partir de 2025. En la Ciudad Condal, los automóviles más contaminantes tendrán prohibida la circulación de lunes a viernes a partir del 1 enero de 2019 independientemente del estado del aire

Más información a los compradores

Para solucionar la confusión causada por los nuevos distintivos de la DGT, desde Ecologistas en Acción, piden que se suministre mejor información a los consumidores. En su opinión, las pegatinas incluso sirven para contribuir a que se siga afirmando que “los vehículos diésel Euro 6, e incluso Euro 5 son poco contaminantes o que los de gas son ecológicos”.

Este punto, es muy importante, ya que desde la organización recuerdan que el gas no es ECO, y que ofrece pocas ventajas a la hora de reducir la contaminación, ya que al ser un combustible fósil, genera gases de efecto invernadero.