"No se le nota, salvo que no anda", explica Mª Dolores. Silvia va prácticamente siempre en silla de ruedas pero tiene autonomía para caminar con bastones pequeños recorridos, como ir al baño. "Aunque ahora puede que tenga que pasar por quirófano para operarle las rodillas", cuenta su madre.
Intelectualmente, Silvia lleva sus estudios de 4 de la ESO "bastante bien, con sus pequeñas adaptaciones". En el colegio, "le costó la adaptación, pero como lleva muchos años la conocen y la apoyan". Y, como toda adolescente, ya empieza a querer más autonomía para salir con sus amigos. "Ya le empiezan a gustar los chicos", nos confiesa su madre. "Habla muy bien, si tiene amistad y confianza tiene mucha capacidad de conversación. Si no conoce, es tímida y vergonzosa".
Concha y Lucía van a realizar su reto en Brasil para conseguir el dinero necesario para que Silvia tenga un electrolomo hanbike eléctrica y silla de aluminio. Se trata de una adaptación para la silla de ruedas que permite conducirla con un manillar y una rueda delantera. "La silla le daría más autonomía, para ayudarla, y también para el ambiente familiar", observa Mª Dolores. "Es una silla que pesa menos y al ser eléctrica, no habrá que empujar", lo que también ayudaría a su madre, que tiene reconocido un grado de discapacidad física del 36% y una incapacidad permanente total debida a una enfermedad degenerativa de la columna, y al resto de la familia.
Mª Dolores pide a la gente que se anime a participar en la apuesta de los retos y a apoyar a la Fundación Cadete: "Que sean solidarios porque con un poquito se puede hacer mucho por una familia; un granito de cada persona puede darle a ella una ilusión para que lleve una vida mejor y ayudaría también a la familia".