El Gobierno de Extremadura se hace cargo de una mujer y sus cinco hijos abandonados en Egipto por su marido extremeño

EUROPA PRESS 03/06/2015 14:30

El Gobierno de Extremadura, a petición de los ministerios de Asuntos Exteriores y Servicios Sociales y en virtud de un acuerdo del Consejo de Gobierno aprobado en marzo, se ha hecho cargo de una familia (madre y cinco hijos) abandonados por el padre, de origen extremeño, y en situación de "emergencia social" en Egipto, país donde residía la unidad familiar antes del abandono paterno.

La familia, que llegó a España a finales de abril, se encuentra ya en la región, asistida y atendida por una ONG extremeña que, a petición del Ejecutivo regional, se está encargando del seguimiento de la inclusión de la familia en la sociedad extremeña.

Asimismo, ya se les ha realizado los necesarios exámenes de salud y se les está tramitando tanto la tarjeta sanitaria como el empadronamiento, la escolarización obligatoria y los documentos de residencia legal de la madre en España, según ha indicado el Gobierno extremeño en nota de prensa.

Esta entidad, junto a técnicos de distintas consejerías del Ejecutivo regional y de la entidad local en la que viven, forma parte de una comisión de seguimiento coordinada por la Dirección General de Política Social y Familia, que se encargará de atender debidamente a la familia en temas relacionados con salud, vivienda, educación y, por supuesto, inclusión social.

Los niños tienen edades comprendidas entre 10 y los 16 años y nacionalidad española y llegaron a Egipto en 2006 con sus padres. Vivían en la provincia egipcia de Gharbia, donde recibían ayuda de subsistencia de la embajada española desde que el padre dejó de ocuparse de ellos.

Ni los niños ni la madre tenían arraigo en Egipto ya que habían vivido en Arabia Saudí, donde se conocieron los padres y donde nacieron los cinco hijos.

Según el informe de la embajada española, su situación de emergencia era de "desamparo en todos los ámbitos" y "objeto fácil" de agresiones, debido a sus rasgos europeos y, por miedo a esa violencia, la madre decidió dejar de escolarizarlos hace tres años.