Alana McMullen, de diecisiete años, empezó a sentirse enferma y con vómitos desde principios de año. Fue al médico varias veces, pero en ninguna ocasión consiguieron realizarle un diagnóstico adecuado.
En febrero, mientras estaba de camino para jugar al baloncesto, se puso los auriculares para escuchar música durante el trayecto y se dio cuenta de que no oía nada por el oído izquierdo.
Después de someterse a varias pruebas, los especialistas descubrieron que Alana tenía un tumor de dos pulgadas creciendo en su cerebro.
“Fui al médico tres o cuatro veces y nunca averiguaron qué es lo que estaba mal conmigo. Me hicieron un montón de pruebas pero nunca vieron nada raro. Cuando me dijeron que tenía un tumor, me quedé en shock. Nunca pensé que fuera eso. Tan solo pensé que había perdido el sentido auditivo”, explica la joven a People.
Aunque se trataba de una situación complicada, Alana se lo tomó de la mejor manera posible. Sin embargo, su hermano mayor, Ethan, no fue capaz de mostrarse positivo respecto al diagnóstico.
“Mi madre vino a hablar conmigo. Sé que si mi madre viene, tiene que ser algo malo. Cuando vi a mi hermana, ella estaba sonriendo como si nada hubiera pasado y eso me inspiró de alguna manera a ser fuerte”, declara Ethan, de 19 años.
Tras una cirugía de nueve horas en el Hospital Le Bonheur Children en Tennssee, que tuvo lugar el pasado 14 de marzo, los médicos le extirparon el 90 por ciento del tumor. No obstante, le quedó una gran cicatriz en la parte posterior de la cabeza.
Para apoyar a su hermana en este duro proceso, Ethan fue a la peluquería con una foto de la cicatriz y pidió que le realizaran el mismo corte de pelo. Cuando terminaron, le mandó la foto a Alana, que seguía en el hospital.
“Quería que ella viera que no está sola en esto, que tiene a mucha gente apoyándola. Ella pensó que fue muy bonito lo que hice, aunque tampoco reaccionó mucho porque todavía está bajo los efectos de mucha medicación”, cuenta Ethan.
Ethan mencionó que se haría un corte de pelo igual a la cicatriz antes de la operación, pero Alana pensó que no lo haría.
“Es genial. No sabía que fuera a hacerlo y menos tan pronto. Pensé que iba a esperar un poco. Ni siquiera vi mi cicatriz hasta que me enseñó esa foto. Esa fue la primera vez que la vi”, explica Alana.
El joven compartió una foto del corte de pelo de ambos en Twitter y ahora su historia se ha hecho viral.