¿Has dormido alguna vez en un hotel de hielo? Estos son los 10 mejores de Europa

Una experiencia que nadie debería dejar pasar en la vida es la de dormir en un hotel de hielo. A pesar de las bajas temperaturas no pasarás frío porque en todos te proporcionan mantas y sacos térmicos. Lo efímero de estas construcciones, que desaparecen al llegar la primavera, hace de tu estancia un momento único e irrepetible. Desde Andorra hasta Finlandia, hoy te presentamos los diez mejores hoteles de hielo de Europa.

Situado a 2.300 metros de altitud, en el circo glaciar de Grau Roig junto a la estación de esquí de Grandvalira, este hotel construido totalmente con nieve cambia su decoración cada año. Abrió por primera vez sus puertas en 2008 y es único en la Península Ibérica. Sus habitaciones están distribuidas en cinco iglús de unos 20 metros cuadrados que se pueden contratar de manera privada o compartida hasta por 6 personas. Entre los servicios que ofrece incluye bar, restaurante, zona SPA con 2 jacuzzis y sauna.

Sin tener que viajar demasiado lejos, aunque sí subir a más de 2.000 metros de altitud, se encuentra este alojamiento con vistas al Mont Blanc. Se trata de una villa situada en La Plagne (Savoya), una de las estaciones de esquí más importantes del mundo, que está formada por varios iglús, algunos con capacidad para 5 personas, otros sólo para parejas y uno incluso con estufa de leña. Cuenta también con un restaurante iglú en el que puedes degustar una fondue de quesos con vinos de la zona.

El Icehotel es más grande y antiguo de Europa, está situado en Kiruna, la Laponia sueca (a 200 km del Círculo Polar Ártico) y fue construido por primera vez hace más de 30 años. Se creó con motivo de la exposición de esculturas de hielo que concentra cada año a miles de visitantes y escultores en la ciudad de Jukkasjarvi. Se levanta cada año, salvo el Icebar que es permanente, con estructuras de hielo que salen del río Torne y cambia su configuración y decoración anualmente gracias al trabajo de diversos artistas.

A 15 kilómetros de Alta, la que llaman la ciudad de las auroras boreales, se levanta el Sorrisniva Igloo Hotel. Con 30 habitaciones, hecho de hielo y nieve y decorado con esculturas cuya temática va cambiando por temporada, cada año abre sus puertas en enero y se derrite en primavera. También en Noruega se encuentra el Kirkenes Snow Hotel de Sor-Varangeres, el más septentrional de Europa. Se levanta cada año por los mejores escultores del festival de hielo de Harbin, China y consta de 20 habitaciones y dos restaurantes.

El Kakslauttanen Ártico Resort está formado por varios iglús y situado a 250 kilómetros del Círculo Polar Ártico, en un entorno prácticamente virgen dentro del parque nacional más grande de Finlandia. Puedes elegir entre dos tipos de iglú, con techo de nieve o de cristal, estos últimos son más calentitos y te permiten observar las auroras boreales si es que aparecen. Este resort también cuenta con casas de madera y hasta tiene un hotel con varias suites. También en Finlandia puedes encontrar el Snow Village, una especie de pueblo de nieve que cada año que se construye adopta una forma y tamaño diferente y en el que además de alojamientos de hielo disponen de otros de estilo tradicional (con calefacción incluida).

El Alpeniglu es todo un pueblo de iglús situado en Brixen, una de las zonas de esquí más amplias de Austria, ofrece 18 suites talladas en hielo perfectamente equipadas. Cuenta, cómo no podía ser de otra manera, con un bar de hielo, un bar de nieve al aire libre, un restaurante iglú y una iglesia de hielo para celebraciones. Pero lo que más llama la atención es que cada año acoge el Ice Land, una exposición de esculturas de hielo de artistas internacionales.

Se construye cada invierno a 2.000 metros de altitud a orillas del lago Balea, en las montañas de Transilvania y sólo es accesible por teleférico. Fue el primero hotel de hielo del este de Europa y cuenta con 12 habitaciones y 3 iglús. Además en el Hotel of Ice se pueden encuentran una iglesia de hielo, un bar de hielo y un restaurante de hielo donde la comida se sirve, como no, en platos de hielo, todo creado por artesanos locales.

Situado en Los Balcanes, este pueblo esquimal cuenta con dos iglús en las vecinas Krvavec y Pokljuka, que están conectados a través de túneles. Tienen capacidad para 50 clientes distribuidos en habitaciones para ocho personas, aunque existen dos habitaciones privadas que hay que reservar con bastante antelación. Un hotel sin lujos y ecológico, para amantes del esquí en pistas frescas y sin tocar, que será la recompensa que encuentren a la mañana siguiente.