El fallecido fue un joven marroquí, de Nador, de 23 años, que había pagado 35.000 pesetas para cruzar el Estrecho y llegar a Europa con el fin de encontrar trabajo. Ese día, el fotógrafo Ildefonso Sena inmortalizó la primera imagen del cuerpo de un migrante ahogado, sobre la arena de una playa española.
España, poco desarrollada y con poco que ofrecer, era entonces un país de tránsito. Los inmigrantes tenían por objetivo llegar a Francia o Italia y la forma de acceder pasó de viajar como polizones en los ferrys a jugarse la vida en embarcaciones "frágiles e inseguras", como explican las organizaciones Andalucía Acoge y la Fundación Por Causa.
Aquella fue la primera patera documentada, "una de tantas" que, 30 años después, siguen llegando a las costas españolas.
Desde la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) explican que solo en 2018 existe constancia de la muerte de 239 personas y de la desaparición de 279, 518 en total. Pero destaca que los expertos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estiman que por cada persona que se ha comprobado su fallecimiento, de otras dos no se supo nunca de ellas.
Las organizaciones Andalucía Acoge y la Fundación Por Causa han elaborado un documento, que presentarán el próximo lunes 5 de noviembre en Madrid, en el que hacen un recorrido de la política migratoria durante los últimos 30 años.