Y es que, según Chicago Tribune, la pistola, un calibre del 38, se accionó mientras la llevaba en sus pantalones, motivo por el cual recibió los disparos en uno de sus muslos y en su pene. Pero la historia no acaba ahí.
Evidentemente, con un disparo en esas zonas, Pouncy tuvo que llamar a la policía para intentar salvar su vida. Y claro, los empleados del restaurante en el que había robado también realizaron una llamada al 911, pero para alertar sobre el robo.
Tras ello, el ladrón tuvo que ser ingresado en el hospital por sus lesiones. Además, no pudo estar físicamente presente durante la audiencia de su fianza, que finalmente se le denegó. De este modo, Pouncy ha sido acusado de dos cargos de robo a mano armada y tendrá que comparecer ante un tribunal el 7 de noviembre.
Por su parte, uno de los empleados del restaurante tuvo que ser hospitalizado por lesiones que no han salido a la luz. Y a pesar del robo, el hombre pudo encontrar su cartera en una zona cercana a donde Pouncy se autodisparó. Es más, tal y como indica Chicago Sun-Times, el atracador llegó a apuntar a la cabeza de este empleado.
La policía ha indicado que todo lo sucedido quedó captado en vídeo y audio por las cámaras de vigilancia con las que cuenta el restaurante de comida rápida.