En su declaración ante el jurado popular, el acusado, Alejandro S.P., ha explicado este miércoles que el día de los hechos, el 8 de diciembre de 2009, se encontraba solo en el apartamento con el pequeño -la madre había salido a comprar-. El niño se puso a llorar y para calmarlo lo levantó hacia el techo sin darse cuenta que justo encima tenían una biga, dónde el niño se golpeó.
Según ha relatado entre sollozos, después del "leve toque" contra la biga, se asustó, abrió las manos y el bebé cayó al suelo: "Fue todo muy rápido y cuando quise reaccionar ya estaba en el suelo".
Entonces, al ver que el niño "lloraba a trompicones" y que empezaba a amoratársele la oreja y parte de la cabeza, intentó reanimarlo mojándole la cabeza con agua y poniéndole crema con la intención de aliviarle el dolor, e incluso haciéndole el boca a boca, pero no hubo nada que hacer ya que el corazón del bebé ya había dejado de latir.
Una versión, la del procesado, que contrasta con la que defiende el fiscal que cuenta que el pequeño empezó a llorar de forma continuada y que el acusado, irritado y enfadado por ello, "con la finalidad principal de hacerlo callar, lo agarró violentamente de la cara con su mano y le golpeó con fuerza desmedida la cabeza contra una superficie lisa, llana y dura del apartamento".
Dicho golpe, ha expuesto el fiscal, le causó un fuerte traumatismo craneoencefálico en la zona parietal derecha, con rápida hemorragia intracraneal, que provocó la muerte instantes después del bebé.
El procesado, que tiene 24 años, ha negado en todo momento que golpeara a su hijo repetidamente de forma intencionada: "Quería a mi hijo más que nada en el mundo, todo pasó demasiado rápido y solo tenía en la cabeza que se me había caído el niño, se me había caído de las manos y que era culpa mía".
Por su parte, la defensa niega la versión del ministerio fiscal y asegura que su relato es absolutamente ficticio e inverosímil ya que el niño cayó al suelo de manera totalmente accidental; así, aunque pide la libre absolución para el acusado, también contempla de manera subsidiaria que los hechos puedan constituir un delito de homicidio por imprudencia, por el que pediría un año de cárcel.
Durante la sesión de este miércoles también debía declarar la madre y esposa del procesado pero no se ha presentado a la Audiencia de Girona, donde se continuará juzgando el caso hasta el lunes. EBP